Conexiones fuera del hielo: Un hombre de grandes eventos

Desde su fundación oficial en 1917, La National Hockey League se ha convertido en una de las cinco ligas más grandes del deporte profesional en América del Norte y con el pasar de cada temporada, nuevos mercados se suman a la afición, al tiempo en el que son más los jóvenes que se agregan a la práctica de esta disciplina. Por ello, NHL.com/es, presenta las conexiones existentes entre el hielo con personalidades fuera de la pista y esta entrega, destaca la perspectiva de uno de una de las nuevas voces más reconocidas del periodismo deportivo.

“Ver un partido hockey en vivo es algo, sencillamente insuperable”. Así, con la misma seguridad mostrada en cada una de sus narraciones y reportes deportivos, Ricardo Gibbon, un hombre dedicado a conectar a miles y de personas a través de cada transmisión, deja claro su respeto por el juego de los patines y el hielo, siendo una disciplina que lo cautivó desde temprana edad.

Gibbon nació en Caracas, Venezuela, el 21 de diciembre de 1988 y si bien, hoy en día ha tenido la oportunidad de estar presente en episodios notables en la historia reciente del béisbol venezolano y latinoamericano, sus inicios en este campo, se remontan a una visión que comenzó de forma distinta, pero que le enseñó a levantarse de los tropiezos.

“Mi sueño siempre fue ser receptor de los Yankees de Nueva York. De hecho en las categorías del béisbol menor, antes de llegar a juvenil, uno de mis managers me llamaba ‘Pudge’ en honor al integrante del Salón de la Fama, Ivan Rodríguez”. A pesar del interés de un scout de Grandes Ligas, Gibbon no pudo firmar profesionalmente, pero en ese momento, la vida le comenzaba a ofrecer un propósito distinto. 

“Quería estudiar medicina, no se dio y empecé a estudiar administración de empresas, en la Universidad Católica Andrés Bello (Caracas, Venezuela). Y cuando comencé a trabajar en DIRECTV, dedicada en aquel momento al mundo del entretenimiento. Por cosas del destino, conocí a un productor al cual le pregunté que si estaría interesado en añadir a una persona para trabajar como talento en televisión y me dijo que le enviara un correo”.

Ese correo, se transformó en una entrevista y posteriormente, Gibbon se convirtió en comentarista oficial del béisbol de Grandes Ligas en la temporada 2017. “Una vez que ese bombillito rojo se prendió en la cámara y me di cuenta de que estaba en televisión, hablando del deporte que más me apasiona en la vida, llegó la revelación de saber que esto es lo que quiero hacer”.

Su convicción, esfuerzo y lucha, le permitió al venezolano convertirse en una de las nuevas referencias del periodismo deportivo, “Afortunadamente, en estos siete años son muchas cosas buena que han pasado”. Una de ellas, fue haber estado encargado de la transmisión del cuadrangular número 500 de Miguel Cabrera en Grandes Ligas, hecho que lo consagró en su Venezuela natal, donde luego, en la temporada 2022-23, piso el terreno, ahora con un micrófono y no con un guante, regreso al terreno profesiona, para ser parte del equipo de transmisiones de la final de la liga invernal a nivel local. 

Más tarde, Gibbon, el niño que soñó con jugar en Grandes Ligas, se colocó sobre el diamante de un estadio de la gran carpa, cuando en la ciudad de Miami vivió otro momento especial. “Nunca se me va a olvidar, haber presenciado el juego sin hits ni carrera de Ángel Padrón con los Tiburones de la Guaira en la Serie del Caribe y luego poder entrevistarlo”.

Enamorado del hielo

La conexión de Ricardo Gibbon con el hockey se remonta a sus años de infancia, cuando se topó una película que le mostró varias de las características que hoy en día continúa admirando. Para el venezolano, el impacto cultural sobre el deporte es innegable, mucho más cuando se trata de algo nuevo.

“Muy grande, son cosas que van de las mano. Es que por ejemplo en América Latina, donde no existe una cultura de hockey sobre hielo, es muy difícil despertar el interés basándose únicamente en los partidos. Por ejemplo en mi caso, la trilogía de ‘Mighty Ducks’ y ‘Mistery Alaska’ hicieron que me enamorara de este deporte y las he visto infinidad de veces”.

De las películas, Gibbon pasó a seguir la NHL. “El hockey es un deporte que toda la vida me ha llamado la atención, que me encantaría poder jugar y del que todos los días aprendes algo diferente. Creo que es el mejor deporte que existe para ver en vivo, además de que es una disciplina que conecta mucho, el aficionado siempre está viviendo el hockey”. 

Otro aspecto que el analista destaca, radica en los cambios positivos que se han dado. “Son muchas cosas, porque el hockey es un deporte que ha venido evolucionando. En días recientes tuve la oportunidad de ver mi primer partido en vivo, y a pesar de que lo sigo regularmente por televisión, me llamó la atención ver a los jugadores bajando el disco con la mano, lo cual en años anteriores era impensable”. 

Un juego internacional

Por encima de los goles, la intensidad física, adrenalina, Gibbon celebra la diversidad de talento que se puede reunir sobre la pista de hielo. “Son muchos los jugadores extranjeros, con una gran cantidad de suecos, rusos, europeos en general y por eso no se puede decir que es un deporte dominado por los norteamericanos. Más bien, creo que es una mezcla parecida a la del béisbol y el fútbol, con atletas de distintas nacionalidades que compiten en un mismo país”.

Tal versatilidad, se convierte en un vínculo especial, de acuerdo al comentarista venezolano. “El cariño que el propio norteamericano le puede tener a ese jugador extranjero, hace que el hockey sea un deporte más popular. Al mismo tiempo es una disciplina presente en los Juegos Olímpicos, entonces le da un mayor reconocimiento internacional porque permite que tanto atletas como aficionados se conecten con sus países, a través de los respectivos equipos nacionales”. 

De igual forma, Gibbon, ahora con experiencia de múltiples coberturas a nivel internacional, afirma que si bien los campeonatos y éxito que pueda lograr una franquicia, puede ayudar al crecimiento del hockey, la clave radica en la continuidad que se le puedan dar a los proyectos. 

“Los tres títulos de Tampa Bay, el campeonato de Dallas y el de Vegas el año pasado, es muy bueno para la competencia, pero eso tiene que mantenerse. Por eso creo que la popularidad del hockey va a depender de los esfuerzos de los equipos para construir rosters que sean competitivos. Si el aficionado percibe que su club no va a rendir de la misma manera, entonces deja de creer porque su inversión deja de ser una opción de entretenimiento, para convertirse en un gasto para ver a tu equipo perder”. 

Y si alguien sabe lo que es ganar en la vida, es Ricardo Gibbon, cuya determinación, le continúa abriendo puertas en nuevas escalas, sin dejar a un lado su hambre por aprender para ofrecer lo mejor de sí, a una afición exigente, como lo es aquella que sigue el mundo deportivo.