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Once días después, lo lograron. Los Florida Panthers consiguieron el ansiado cuarto triunfo de la Final de la Stanley Cup para coronarse campeones de la NHL por primera vez en la historia de la franquicia, en su temporada número 30 de existencia.

En un emocionante Juego 7, que puso fin a una serie plagada de altibajos para ambos conjuntos, los Panthers vencieron a los Edmonton Oilers con un marcador de 2-1 para asegurar la serie, después de ganar los primeros tres compromisos y perder los tres siguientes.

Cuando ya no había mañana para los dirigidos por Paul Maurice, sacaron la casta. Y fue allí, en un hielo plagado de ratas —siguiendo la tradición de los triunfos de los Panthers— donde varios legados se consagraron.

A partir de ahora, Maurice deja de ser el entrenador con más triunfos en la historia de la NHL sin haber ganado una Stanley Cup. El portero Sergei Bobrovsky, quien tuvo una espectacular actuación en el juego, deteniendo 23 de los 24 disparos de Edmonton, quizás haya sellado su candidatura para eventualmente ser exaltado al Salón de la Fama del Hockey, sumando este títulos a sus Trofeos Vezina — al mejor portero de una temporada.

"Fue una tremenda temporada, luchamos hasta el final. Es increíble, no tengo palabras", comentó el portero de 35 años. “Me quedo con lo cercano del grupo, lo que superamos y todas las emociones... no hay palabras”.

Por su parte, aunque aún tienen mucho por delante para pensar en legados, ciertamente Aleksander Barkov y Matthew Tkachuk dejan las bases sentadas para lo que pueden ser dos carreras memorables.

“He estado detrás de esto por un buen tiempo”, expresó Maurice, quien se ubica como el cuarto técnico más ganador de la historia, con 869 triunfos de temporada regular. “Ya me estaba preocupando por lo difícil que se me estaba haciendo conseguirla”.

“Fue el estilo característico de los Florida Panthers”, continuó Maurice, cuando se le preguntó sobre lo peculiar de la final. “Nada es fácil para nosotros. No lo fue el año pasado. Hicieron todo lo posible para ganar la Copa, e incluso quienes estuvieron en aquel roster — Radko Gudas, Eric y Marc Staal — ellos también fueron parte de esto. Tuvimos que perder tres juegos para saber cómo ganar el cuarto. El hecho de que haya sido tan difícil es lo que lo hace tan especial”.

Los Florida Panthers alzan la primera Stanley Cup en su historia

Gran parte del motivo que ha llevado a los Panthers a dos Finales de la Stanley Cup de manera consecutiva es Matthew Tkachuk, quien llegó a Florida en un megacambio hace casi dos años. Desde entonces, el delantero ha encabezado al club en puntos en cada una de esas dos postemporadas — terminó empatado con Barkov en esta edición, con 22 unidades.

“Esto ya no es un sueño, es la realidad. No lo puedo creer, no lo puedo creer”, confesó un emocionado Tkachuk sobre el hielo. “No puedo creer lo bueno que han sido estos dos años. Estoy muy agradecido por este grupo de chicos. Este es el mejor lugar”.

Pero la directiva de los Panthers no se quedó de brazos cruzados luego de completar el cambio de Tkachuk que los llevó a participar en su primera Final de la Stanley Cup desde 1996. Tras perder ante los Vegas Golden Knights el año pasado, el gerente general Bill Zito y el resto de la oficina adquirieron a varios jugadores que pudieran ayudar al grupo a dar el siguiente paso, incluso hasta el último momento. Uno de ellos fue Kyle Okposo, un veterano de 18 años que llegó a Florida en la pasada fecha límite de traspasos, y logró coronarse por primera vez en su carrera.

Fue esa presencia veterana lo que ayudó al club a evitar desplomarse a pesar de haber perdido tres partidos consecutivos.

“Hoy quizás fue el día en que menos nerviosos estábamos”, señaló Okposo. “Una vez que te pones arriba 3-0, empiezas a pensar en el resultado, y quizás nos enredamos un poco en eso. Pero hoy finalmente volvimos a nuestro juego, y esa fue la diferencia”.

Barkov alza la Stanley Cup por primera vez en la historia de Florida

Pero más allá del juego, Okposo compartió una historia que conmovió al equipo, según el propio Tkachuk.

“Le dije a mi hijo, que tiene ocho años, que cuando yo tenía su edad, me quedaba viendo la Final de la Stanley Cup, y que ahora él iba a poder estar presente en el Juego 7, mientras yo estaba patinando por la calle, soñando con estar en la final. Luego, en un momento increíble con mis hijos, me reencontré con ese sueño de niño una vez más”.

Pero más allá de los logros individuales, la consagración de un proyecto que inició hace 30 años, con el nacimiento de la franquicia, es uno de los temas más relevantes del campeonato. Alguien que ha estado muy cerca del crecimiento de la fanaticada de la región, en especial en los últimos años, es Barkov, quien sólo ha vestido los colores de los Panthers desde que fue seleccionado en el Draft de 2013.

“Estoy muy feliz de ser parte de este grupo”, señaló el capitán, luego de ser el primero en recibir la Copa. “Ser capaz de finalmente ganarla... es increíble”.

Empieza la fiesta en el Sur de Florida. Lo bueno se hizo esperar para ellos. La Stanley Cup fue alzada en la Amerant Bank Arena, la que será su casa por un año, al menos.

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