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Desde su fundación oficial en 1917, La National Hockey League se ha convertido en una de las cinco ligas más grandes del deporte profesional en América del Norte y con el pasar de cada temporada, nuevos mercados se suman a la afición, al tiempo en el que son más los jóvenes que se agregan a la práctica de esta disciplina. Por ello, NHL.com/es, presenta las conexiones existentes entre el hielo con personalidades fuera de la pista y esta entrega, destaca la perspectiva de uno de los grandes exponentes latinoamericanos sobre el cuadrilátero.

“He visto mucho talento de combate en la National Hockey League”. Y es así como el cubano Rances Barthelemy, un hombre que ganó dos títulos mundiales en el boxeo, bromeó para destacar una de las facetas que más disfruta del hockey sobre hielo, especialmente en la ciudad de Las Vegas, donde reside y tiene una relación cercana a los Golden Knights.

Pero mucho antes de conocer este deporte, la historia del púgil comenzó como la de muchos atletas profesionales, que si bien hoy en día disfrutan del éxito, los inicios se remontan a etapas duras, mucho más cuando se trata como casos como el de Barthelemy, quien salió de su Cuba natal, con la esperanza de conseguir una libertad personal que le mantuviese vivo el sueño de coronarse sobre el ring.

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Con más de 200 peleas en su currículo a nivel amateur en Cuba, donde también ganó un campeonato nacional, el boxeador llegó a la ciudad de Miami y fue allí donde en 2014, se convirtió en “Kid Blast” (Niño Explosivo), cuando el 10 de julio de aquel año, venció al dominicano Argenis Méndez, para coronarse como campeón mundial en la categoría de las 130 libras.

“El boxeo no sólo es mi fuente de ingreso, sino también es mi pasión desde que tengo memoria, por eso incluso cuando no estoy activo, con una pelea pautada en el calendario, me la paso en el gimnasio visitando a los muchachos porque he creado muchos compañeros y te digo, mirando de cerca, también se aprende mucho”. Señaló Barthelemy para NHL español, al reflexionar sobre su carrera.

Y es que el legado del boxeador cubano va de la mano con el de sus hermanos, Yan Barthelemy, quien ganó la medalla de oro en los Juegos Olímpicos de Atenas 2004, así como Leduán, el menor de los tres púgiles, cuya característica de estudiante y seguidor del deporte de los puños, es muy parecida a la de Rances, quien en 2015 subió de categoría y en la ciudad de Las Vegas, venció al ruso Denis Shafikov para convertirse en campeón mundial en dos divisiones; 130 y 135 libras.

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Ahora, con 38 años, con una marca de 30 victorias, apenas dos derrotas e igual número de empates a nivel profesional, Rances Barthelemy disfruta de la etapa madura de una carrera llena de sacrificios y muchas alegrías. Fiel a su estilo, se mantiene activo entrenando en Las Vegas, ciudad a la que describe como su nueva casa.

“Retomé los entrenamientos y estoy en la tercera semana de campamento, todavía no tengo la fecha exacta de la próxima pelea, pero estimo que para finales del mes de abril o principios de mayo, estaría de regreso, por lo que sigo con toda la etapa de preparación, diría que un 50% en estos momentos”.

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Hockey: Adrenalina y celebración

Como residente de Las Vegas, Barthelemy fue atrapado en 2017 por la llegada de unos Golden Knights que en su primer año llegaron a la Final de la Stanley Cup y luego, seis temporadas después, conquistaron su primer campeonato, siendo un título que de acuerdo al boxeador, se convirtió en un símbolo de unidad dentro de la comunidad local.

“Los Golden Knights son un equipo bastante joven, cuando se toma en cuenta la historia de la liga de hockey sobre hielo, por eso es que los resultados tienen un valor mucho más grande, no sólo por haber sido campeones el año pasado, sino también por llegar a dos finales. Creo que el ambiente que rodea a Las Vegas, ofrece una gran atmósfera de concentración para cualquier deporte que se practique en esta área”.

La euforia por el primer título profesional a nivel masculino en la localidad del estado de Nevada, fue algo que cautivó al cubano. “Ganando se rompen las barreras, fíjate que hasta yo mismo salí a disfrutar en las calles, cuando los Golden Knights se llevaron el campeonato, fue algo increíble. Para el corto tiempo que tiene el equipo compitiendo mejor no han podido hacer las cosas”.

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Respeto mutuo

Pero es que además de ser leal y apoyar el talento local, existe un vínculo entre el cubano y la institución. “El boxeo me ha llevado muchas veces a la T-Mobile Arena, bien sea para un combate propio o para disfrutar de cualquier otra pelea. En ese camino he conocido a algunos de los jugadores de los Golden Knights, así que hemos podido desarrollar una relación y por ende se incrementa la afinidad con el equipo”.

Si bien, la NHL no avala ni tampoco promueve las peleas entre los jugadores sobre la pista, la realidad es que las mismas forman parte de la idiosincrasia del deporte y como boxeador, Barthelemy, mira esta situación de forma distinta. “He agarrado algunos truquitos de esos combates, porque son atletas completos, con mucho talento. No apoyo la violencia en lo absoluto, pero cuando se dan las peleas no puedo evitar verlas como si fuese un ring de boxeo”.

Finalmente, Barthelemy, deja clara su admiración por el hockey y la NHL. “Es un deporte extremadamente difícil. Antes de Vegas, tuve la oportunidad de visitar arenas en Quebec, Canadá y ahora he tenido la oportunidad de compartir con jugadores de los Golden Knights. Todavía me sigue llamando la atención que algunos de ellos no tienen dientes (risas), por lo que creo que es una prueba de la intensidad y entrega que estos atletas ofrecen con cada empujón, lucha y encima de ello, una capacidad para controlar algo tan pequeño como ese disco”.

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Dos veces campeón mundial, casi 300 peleas entre amateur y profesional, aunado al hecho de ser amante del deporte, Barthelemy disfruta de su vida actual, valorando cada etapa y prueba superada. “Valió la pena. Aposté por el boxeo y que creo que esta disciplina me ha dado mucho de lo que pude haber imaginado, por eso, ahora que ha llegado una ola con nuevo talento cubano a esta tierra de libertad, trato de inculcar mis experiencias para que puedan iniciar este camino con toda la seriedad e integridad que se requiere”.

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