Photo 1 Sandy Alomar Jr

Desde su fundación oficial en 1917, La National Hockey League se ha convertido en una de las cinco ligas más grandes del deporte profesional en América del Norte y con el pasar de cada temporada, nuevos mercados se suman a la afición, al tiempo en el que son más los jóvenes que se agregan a la práctica de esta disciplina. Por ello, NHL.com/es, presenta las conexiones existentes entre el hielo con personalidades fuera de la pista y esta entrega, destaca la perspectiva de uno de los baluartes más representativos del deporte de Puerto Rico.

A lo largo de la década de los años ’90, la ciudad de Cleveland se dio a conocer en toda América Latina, gracias a una de las mejores alineaciones en la historia del béisbol de Grandes Ligas, la cual contó con representantes del continente hispanoparlante y entre ellos, destacó un puertorriqueño que se convirtió en la roca detrás del plato; Sandy Alomar Jr., quien hoy en día sigue con la franquicia que pese a su cambio de nombre de Indians a Guardians, posee una historia rica en tradición y momentos inolvidables.

Nacido en una familia beisbolera, el 18 de junio de 1966 en Salinas Puerto Rico y con el nombre de Santos Alomar Velázquez, su carrera despegó desde muy joven cuando tanto en 1988 como en 1989 fue reconocido como el mejor pelotero de las Ligas Menores y luego de una breve estadía con los Padres de San Diego, el boricua fue cambiado junto a su compatriota Carlos Baerga, a la organización de los Cleveland Indians, donde su huella sigue vigente.

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Alomar Jr. y Baerga se unieron a otras leyendas latinoamericanas como el dominicano Manny Ramírez y el venezolano Omar Vízquel, quienes junto a piezas de la talla de Kenny Lofton y Albert Bell, junto a futuros integrantes del Salón de la Fama del Béisbol de Grandes Ligas como Jim Thome y Eddie Murray, establecieron un récord de franquicia con 100 victorias en 1995.

Por seis temporadas, Alomar Jr. fue seleccionado al Juego de Estrellas y en 1997 ante su afición en Cleveland, el Novato del Año y ganador del Guante de Oro en 1990, fue reconocido como el Jugador Más Valioso, para coronar una campaña en la que el receptor conquistó su segundo banderín de la Liga Americana y aunque el título de la Serie Mundial no pudo llegar en su etapa como activo, el boricua completó una carrera de 20 temporadas totalizando 1.236 hits, 112 cuadrangulares y remolcó 588 carreras

“Mantenerse a nivel profesional requiere un compromiso constante de evolución y adaptación, porque el deporte está en continuo cambio y los desafíos son cada vez mayores. Es un esfuerzo integral que abarca cuerpo, mente y espíritu”, señaló Alomar Jr., cuyo padre también jugó en Grandes Ligas y su hermano Roberto, fue exaltado a Salón de la Fama de Cooperstown en 2011.

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Hockey para todos

Desde su retiro en 2007, Alomar Jr. ha podido materializar una carrera direccional que lo llevó a ser coach de Primera Base con Cleveland, donde persigue el sueño de ganar la Serie Mundial después de otro intento en 2016. “Sin duda, el éxito deportivo tiene un impacto significativo en la creación y consolidación de una base de fanáticos”, agregó el boricua que se ha convertido en un favorito de la afición.

Desde su perspectiva, Alomar Jr. considera que el hockey sobre hielo tiene todas las características para penetrar en la comunidad hispana. “El deporte, sin duda, es un lenguaje universal que tiene el poder de conectar a las personas más allá de las barreras culturales o idiomáticas y creo que con un esfuerzo intencional de la liga y sus equipos, el hockey puede captar el interés de los latinos”.

Alomar Jr. habla de su propia experiencia. “He tenido la oportunidad de ver hockey en la televisión y en redes sociales. Pero estar allí en vivo es una experiencia increíble; la velocidad de los partidos es impresionante, la precisión y resistencia de los jugadores son elementos admirables”. Y si hay una voz autorizada para establecer tales criterios, es la del puertorriqueño, quien es un apasionado ciclista . “Me encanta el ciclismo por la mezcla de resistencia física y conexión con la naturaleza”, agregó.

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Como entrenador, el boricua destaca los atributos de las figuras de la NHL. “Los atletas son excepcionales, apreciar su nivel de habilidad y competitividad en persona deja una impresión duradera. También disfruto seguir el deporte a través de otros medios, para mantenerme al tanto de los momentos destacados y la evolución del juego”.

Puerto Rico es uno de los cuatro países que estarán presentes en el Amerigol Latam Spring Classic, que se llevará a cabo en la ciudad de Las Vegas entre el 19 y 22 de marzo, junto a representaciones de Argentina, Colombia y México. Estas naciones han formado parte del nacimiento de la LATAM Cup que desde hace seis años se realiza en Florida y que los boricuas ganaron en la División 1 de la rama masculina en 2022.

El éxito de la llamada “Isla del Encanto”, en un deporte que quizás no sea el más tradicional, llena de orgullo a uno de sus máximos representantes en el terreno de béisbol como lo es Sandy Alomar Jr., quien a la vez, confía en estrategias para poder seguir impulsando el desarrollo de esta disciplina. “Una idea sería introducir el hockey en formatos más accesibles, como el hockey sobre ruedas, que podría adaptarse mejor a la infraestructura local y servir como un punto de entrada a la modalidad sobre hielo”.

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Finalmente, está el elemento de aceptación y tal sentido, Alomar Jr. admite que los títulos son un gran aspecto que ayuda. “Cuando un equipo gana, especialmente en mercados emergentes del hockey como Florida y Vegas, genera un efecto multiplicador: el triunfo atrae atención mediática, despierta el interés de nuevas audiencias y crea un sentido de orgullo comunitario”.

Pero no todo queda allí, de acuerdo con el integrante del Salón de la Fama de los Cleveland Guardians, la consistencia es clave para generar una lealtad en la afición. “Ganar no es el único factor para construir una base sólida de fanáticos. Es fundamental combinar los éxitos deportivos con estrategias a largo plazo, como programas de alcance comunitario, experiencias atractivas, acceso accesible al deporte a nivel juvenil y una conexión emocional entre el equipo y su público”. Sabias palabras de un hombre que ha inspirado a una nueva generación de talento en múltiples países, gracias al universo deportivo, siendo una plataforma que le ha permitido demostrar su calidad como pelotero, entrenado y más importante, ser humano.

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