Rodwin Dionicio 9224

Al acercarse la medianoche y mientras la Memorial Cup iba de un lado al otro en el hielo, Rodwin Dionicio tuvo una sonrisa de oreja a oreja y a través de los puntos de sutura en su labio superior.

Su equipo, el Saginaw Spirit, había ganado su primer campeonato y de manera agónica, luego de conceder una ventaja de tres goles, antes de que Josh Bloom, el ex capitán, readquirido en la fecha límite de cambios, anotara el gol decisivo con apenas 21.7 segundos restando en el tiempo reglamentario.

Dionicio se dejó llevar por el júbilo y el ambiente frenético en el Dow Event Center. Él habló de lo que este logro significaba para su familia, como lo han hecho antes muchos otros jugadores de alrededor de 20 años.

“Pienso que esto es muy grande para nosotros”, comentó en español. “Tú sabes que toda mi familia está mirando en la televisión. “Ellos me escribieron. Es muy grande para nosotros, muy lindo”.

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Dionicio nació en Newark, Nueva Jersey, unos 1,130 kilómetros de distancia de Saginaw, Michigan, el lugar que se convirtió en su casa debido al hockey durante los seis y pico años más importantes de toda su carrera.

Rodwin llegó a mediados de noviembre en un intercambio desde los Windsor Spitfires, mientras el gerente general del Spirit, Dave Drinkill, trató de rodearse de cualquier pieza que ayudara a construir un roster capaz de pelear y ganar el premio más codiciado en el hockey juvenil. Y funcionó, por los escasos centímetros con los que el disco impactado por Bloom rebasó la línea de gol.

Pero el viaje de Dionicio no fue tan sencillo como ir de Newark hacia Windsor y luego a Saginaw. Nada qué ver.

La ruta de Dionicio hacia un contrato profesional con los Anaheim Ducks, y una invitación este mes a su campamento de entrenamiento, incluye viajes trasatlánticos, haberse subido a muchos trenes y haber aprendido varios idiomas.

Los padres de Dionicio son de la República Dominicana. Pero cuando Dionicio se fue de Estados Unidos siendo apenas un bebé, su familia no regresó a Santo Domingo, la ciudad natal de su mamá, Lenny Vogtlin. Sino que Lenny se mudó a Suiza con Rodwin y su hermana, Diandra. Se asentaron en la localidad de Herisau, un pueblo de unos 15,000 habitantes y colindante con la frontera con Austria.

Dionicio tiene vívidos recuerdos del primer partido de la NHL al que asistió. Viajó de vuelta a Nueva Jersey cuando tenía seis años para visitar a su papá y asistieron a un partido entre los Devils y los Washington Capitals

“Eso se ha quedado en mi cabeza por largo tiempo”, comentó Dionicio. “Ese fue un gran momento para mí.

Dionicio le da el crédito a Carlos, su hermano mayor, por ayudarlo a conocer el hockey, pues jugaba como portero en una pista local en Suiza. Rodwin dijo que el hockey se convirtió en el ‘amor de su vida’, aunque su relación con el deporte incluyó situaciones de logística complicadas. Se inscribió en una escuela donde los deportes eran una prioridad y donde le permitían salir 30 minutos temprano, para que pudiera acudir a sus entrenamientos de hockey con un equipo en la localidad de Rapperswil-Jona.

El traslado a Rapperswil-Jona le tomaba 50 minutos en tren. Rodwin hacía solo ese recorrido desde que tenía 11 años.

“Sabía que cada vez que hacía esto era porque amaba lo que hacía”, recuerda Dionicio. “Me ayudó saber que era ahí donde quería ir, donde quería pasar mi tiempo, con todos mis amigos, haciendo lo que amo y lo que a ellos les encanta. Siempre estaba muy motivado”.

Rodwin habla cuatro idiomas, incluyendo la variante suiza del alemán, alemán, inglés y español, en ese orden descendente de fluidez. Comenzó a aprender inglés cuando estaba en la primaria, en Suiza. Le da el crédito a Diandra, la más connotada lingüista de la familia, por ayudarlo a mejorar sus habilidades.

Dionicio habla en español con su mamá y reconoce la importancia de celebrar su ascendencia dominicana. Incluso momentos después de ganar la Memorial Cup, habló en español acerca de lo que podría representar para los jóvenes jugadores de origen latino.

“Voy a hacer todo lo que pueda para probar algo grande tanto para nosotros como para mí, comentó.

En sus tres temporadas en la Ontario Hockey League (OHL) con Niagara, Windsor y Saginaw, siempre vivió con familias angloparlantes y mejoró su dominio del idioma en el ámbito doméstico. Se hizo especialmente amigo de su familia de Saginaw: Sarah y Kevin Dodick y sus hijos Blake, Avyn y Mae.

Todo eso comienza por explicar por qué Dionicio creció en un ambiente ecléctico y con múltiples influencias culturales. Es aficionado del futbol americano y también representó a Suiza en cada uno de los últimos tres mundiales juveniles de la Federación Internacional de Hockey sobre Hielo (IIHF).

Los Anaheim Ducks, quienes seleccionaron a Dionicio en la quinta ronda del Draft de la NHL de 2023, dieron seguimiento detallado a su proceso durante la temporada 2023-24. Los funcionarios de los Ducks vieron enorme potencial en Dionicio y lo firmaron a un contrato por tres años, nivel novato, en mayo pasado, a pesar de que la organización cuenta con una vasta gama de prospectos en la línea azul.

Se espera que Dionicio comience la temporada 2024-25 con San Diego de la AHL. Jim Johnson, director de desarrollo de jugadores de los Ducks, dijo que la organización está satisfecha de que Dionicio haya mejorado su nivel físico en general. Dionicio pesaba 100 kilos al final del campo de entrenamiento para novatos hace un año y bajó a 89 kilos al final de la temporada en Saginaw.

“Su cuerpo había cambiado por completo”, dijo Johnson. “Estaba fuerte y podía moverse bien. Es un buen patinador en ataque y tiene grandes instintos ofensivos. El aspecto del entrenamiento es muy importante: cómo alimentas tu cuerpo, cómo descansas adecuadamente, cómo tienes una buena nutrición. Todo eso se notaba en su juego. Con sus instintos ofensivos, el cielo es el límite”.

Johnson dijo que el siguiente paso para Dionicio es mostrar mejoría en sus instintos defensivos y hacer lecturas apropiadas en la zona defensiva.

“Debe tener el mismo nivel de concentración y compromiso sin el disco que con el disco”, dijo Johnson.

Por ello, la elección de Dionicio de su lugar de trabajo fuera de temporada es alentadora: pasó el verano entrenando en Suiza con Timo Meier y Philipp Kurashev, jugadores suizos establecidos en la NHL.

“Estoy agradecido de tener la oportunidad de entrenar con dos grandes jugadores de hockey”, dijo. “Para mí, es estar ahí como un chico joven, ejecutar los entrenamientos muy bien, desarrollar cada músculo que tengo para llegar al siguiente nivel. Sé que cada detalle marcará la diferencia en un juego. Quiero concentrarme de verdad en ejecutar bien”.

Y mientras Dionicio comienza su nuevo capítulo en el hockey profesional, recuerda lo que le costó celebrar una Memorial Cup que llevó años (y muchos kilómetros) de preparación.

“Fue un gran torneo”, dijo. “Desde que me traspasaron a este equipo, fue genial cómo nos conectamos y construimos todo. Era un equipo de libro de texto. Tienes tantos jugadores nuevos de todo el país, y la forma en que manejamos todo fue genial. Fuimos uno de los equipos que tuvo muchas remontadas, y eso no estaría sucediendo sin los vínculos que tenemos con cada jugador del equipo”.

Y añadió: “Nuestro entrenador, Chris Lazary, nos dio mucha fuerza. Los aficionados también y nos ayudaron mucho a ganar ese torneo. Trabajamos como equipo. Fue irreal. Eso se va a quedar conmigo por el resto de mi vida”.

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