El año pasado, estuvo en el percentil 98 en goles de alto peligro (26) y en el percentil 95 en porcentaje de tiros de alto peligro (34.2). Este año, sin embargo, todavía tiene que encontrar ese mismo ritmo goleador, ya que está operando a sólo el 13.3 por ciento en oportunidades de alto peligro (percentil 57) con dos goles de alto peligro (percentil 75) y 15 tiros de alto peligro (percentil 88).
Pero si sus temporadas previas son un indicativo de algo, el porcentaje de efectividad en los disparos de Draisaitl debería mejorar a partir de ahora.
Entró a la temporada 2023-24 con un porcentaje de tiros de por vida de 18.1 por ciento y aún puede encontrar el camino de vuelta a esos números durante el resto de la temporada. El año pasado, tenía efectividad del 15.8% hasta los primeros 17 juegos, pero después mejoró a un 22.6 por ciento en sus últimos 63 partidos; su promedio de goles por partido saltó de 0.53 en esos primeros 17 partidos a 0.68 en los 63 restantes.
Sin duda uno de los factores que también entra en la ecuación es que uno de los catalizadores del juego de Draisaitl, el estelar delantero centro y capitán de Edmonton, Connor McDavid, no atraviesa precisamente uno de los mejores de su ilustre carrera.
Con un total de 16 encuentros disputados esta campaña, McDavid no está en los lugares en los que usualmente está localizable dentro de las clasificaciones estadísticas ofensivas más importantes y aun cuando sería injusto achacarle a una sola persona el destino de todo un equipo, es evidente que la inesperada baja producción del ‘97’ sí está afectando en lo colectivo.
McDavid suma solo seis goles, luego de anotar 64 en 2022-23, la máxima cantidad de toda su carrera en una sola temporada. También registró 89 asistencias, la mayor cifra de su trayectoria en una campaña entera. Esta temporada, para ponerlo en contexto, no está ni siquiera dentro de los 50 mejores en puntos en este momento.