Más allá del talento y de las aptitudes deportivas, el carácter es un factor potencialmente determinante para cualquier equipo en los Playoffs de la Stanley Cup.
En una serie de postemporada, cuando las habilidades de ambas escuadras son evidentes y quedan pocos secretos entre ambos lados, la resiliencia de un conjunto determinado es lo que puede inclinar la balanza de un lado.
Ese fue el caso el domingo para los Canucks, quienes obtuvieron un triunfo importante con el que ponen en jaque a los Predators, con un lauro que los coloca con la serie 3-1 a su favor, a punto de volver a casa para intentar sentenciar a Nashville en su enfrentamiento de primera ronda.
Pero más allá del resultado, fue el cómo lo consiguieron, lo que deja a Vancouver en una posición favorable para continuar su camino en los playoffs, con la confianza por el cielo.
Los Canucks lograron lo imposible para salir del Bridgestone Arena con la serie 3-1, luego de vencer el domingo 4-3 a los Predators en tiempo extra, con una remontada épica que se ganó un espacio en los libros de récords del club.