Si alguien sabe lo que fue enfrentar a Gretzky, es el integrante del Salón de la Fama, Martin Brodeur, quien sigue siendo el portero con más victorias en la historia de la NHL, pero en la noche del 18 de abril de 1999, el guardameta, quien para ese entonces formaba parte de los New Jersey Devils, acudió al Madison Square Garden, como un aficionado más del hockey.
“¡Yo estuve allí!. Como jugador de la NHL, es raro ir a un partido de hockey a ver a tus rivales, pero yo sabía que ése iba a ser un momento especial en la historia de este deporte. Por eso, sabiendo que vivía muy cerca y teniendo el día libre, acepté la invitación de un amigo para ver el partido y quedarme sorprendido de saber que sería su último juego. De verdad que habría que estar allí para entender la magnitud de ese episodio”.
Más que hockey… Un ícono
Las festividades previas al partido incluyeron mensajes grabados en video de Gordie Howe, el jugador preferido de Gretzky y al momento de soltarse el disco, los reflectores de las cámaras se hicieron sentir en cada una de las 22 veces que el delantero saltó a la pista para completar su turno en el hielo.
Un aspecto cómico fue que Gretzky usó un palo diferente para cada uno de sus 22 turnos, lo que significa que 22 bastones quedaron disponibles para los coleccionistas por un precio considerable. Adicionalmente, Gretzky lideró a todos los delanteros durante aquella noche de abril con un tiempo de 22:30 minutos sobre la pista.
John MacLean, quien fue compañero de línea de Gretzky con los Rangers y estuvo en el hielo, cuando “The Great One” consiguió su último punto, destaca el impacto del delantero como fenómeno cultural sobre el juego de hockey, demostrado por la gran cantidad de celebridades, canciones y dedicatorias de todas partes, para celebrar el juego final.
“La noche anterior en Ottawa fue indescriptible, porque fue su último juego en Canadá y eso se transformó en que todo el país sabía que se iba a retirar. Pero luego ver a una ciudad como Nueva York paralizada, te hace darte cuenta de lo que él fue para este deporte. Todo pasó de un momento divertido, al hecho de entender que el mejor jugador de todos los tiempos ya no iba a estar más allí. Creo que pudo haber estirado su carrera, pero los estándares de él eran muy altos y por eso la terminó a su manera”.
Otro jugador activo en la temporada de 1999 fue Paul Coffey, quien a pesar de ser parte de los Carolina Hurricanes, asistió al juego por pedido personal de Gretzky, con quien ganó tres veces la Stanley Cup en su tiempo con los Edmonton Oilers. “Recuerdo que cuando Wayne me llamó, dejé todo lo que estaba haciendo para ir a ese partido, el tiempo vuela, pero en ese momento se detuvo”. Expresó Coffey, integrante del Salón de la Fama y ganador del trofeo Norris como el mejor defensa de la liga en tres oportunidades.