Con el inicio de la pretemporada 2024-25 de la NHL, fijado para el próximo 21 de septiembre, NHL.com/es proveerá una mirada profunda a cada uno de los 32 equipos antes de que entren en acción. En la edición de hoy un análisis del Utah Hockey Club.
La temporada 2024-25 marca el inicio de una nueva era para la franquicia que hasta el año pasado era conocida como los Arizona Coyotes, pues tras años de incertidumbre y dificultades en el desierto, la organización fue trasladada a Utah, dando lugar al nacimiento del Utah Hockey Club.
Con esta mudanza, el equipo no sólo busca un cambio de escenario, sino también la oportunidad de empezar desde cero en una nueva comunidad, con la esperanza de dejar atrás la racha de malos resultados y la falta de identidad que los persiguió en sus últimos años en Arizona.
El Utah Hockey Club hereda un proceso de reconstrucción que ha estado en marcha durante varias temporadas, aunque con resultados poco satisfactorios. La franquicia ha tenido problemas tanto en la ofensiva como en la defensiva, evidenciados por su bajo porcentaje de efectividad en el penalty killing (76.3%) y su promedio de goles permitidos por encuentro (3.34) la pasada temporada.
Estos números ubicaron al club en la posición número 25 de la liga en ambas categorías, dejando claro que esos dos aspectos deben ser mejorados con urgencia si quieren dar un paso hacia adelante en los próximos meses.
A nivel institucional, el movimiento a Utah representa una apuesta por el crecimiento del hockey en una nueva región y la posibilidad de construir una base de fanáticos apasionada y leal. Y todo eso comienza con la pretemporada.
La nueva sede ofrece la oportunidad de redefinir la cultura del equipo, estableciendo una identidad que resuene tanto con los jugadores como con los aficionados locales. La dirigencia ha dejado claro que, más allá de los resultados inmediatos, el objetivo principal para esta temporada es sentar las bases de una organización que pueda ser competitiva a largo plazo.
En términos de plantilla, el Utah Hockey Club ha realizado movimientos significativos durante la temporada baja para reforzar su alineación. La incorporación de jugadores experimentados como Mikhail Sergachev, procedente del Tampa Bay Lightning, y John Marino, desde los New Jersey Devils, muestra un compromiso por solidificar la defensa, una de las áreas más débiles del equipo en temporadas anteriores. La salida de defensas clave como J.J. Moser y Josh Brown forman parte de esta renovación de la línea azul, que busca un mejor equilibrio entre la juventud y la experiencia.