Para ningún equipo es una buena señal cuando su portero se convierte en la última línea de defensa, pero cuando llega ese inevitable momento en algunos momentos de los partidos, la fe en el hombre frente a la portería aumenta para salvaguardar una ventaja o mantener al grupo peleando.
Esa es una descripción genérica de la actuación que tuvo Jakob Markstrom la noche del lunes en la Climate Pledge Arena para que los New Jersey Devils salieran airosos y con el triunfo de 3-2 sobre el Seattle Kraken, una victoria repleta de detalles para el análisis, pero sobre todo muy valiosa más allá de cosechar dos puntos, ya que cortó una racha de cuatro derrotas seguidas.
Tras apilar reveses ante Hurricanes, Ducks, Kings y Sharks, la mentalidad y la actitud del equipo de New Jersey tuvo sensaciones distintas contra el Kraken, buscando detener la ‘hemorragia’.
“No es una sensación agradable perder varios partidos seguidos y no quiero volver a sentir esa sensación. Este es el último partido de la gira y necesitábamos una victoria, necesitábamos volver a ganar partidos de hockey y ligar victorias”, dijo Jacob Markstrom. “Hay que empezar por algún lado y hoy nuestro grupo hizo un gran esfuerzo”.
Considerada una de las mejores contrataciones en el receso de temporada en la NHL, la llegada de Markstrom con los Devils está pagando dividendos y el juego ante Seattle se encargó de cimentar esa creencia. Dos salvadas del portero sueco en el tercer periodo, cuando New Jersey ganaba 3-2, fueron el pilar del triunfo.
Primero le robó un gol en el área azul (crease) a Eeli Tolvanen, en un tiro que parecía que solo necesitaba empujar el puck al fondo de la portería, Markstrom usó su guante y cada centímetro de él para bloquear el tiro y más tarde en ese mismo tercer periodo, Matty Beniers ejecutó un tiro que iba directo a encender la lámpara, pero con su bastón, el portero sueco desvió ese intento y la frustración de los locales llegó a su pináculo.