La defensa ha sido una parte vital en el juego de los Carolina Hurricanes en los últimos años. Y la temporada 2024-25 no ha sido la excepción, aunque el resultado ha llegado de una manera un poco diferente a los que posiblemente planificó la directiva antes del inicio del campeonato.
Naturalmente, la portería es una pieza importante para la estabilidad de una línea azul. Dicho eso, cuando se ve a un equipo utilizando hasta cinco diferentes guardametas a estas alturas de una temporada, se podría pensar que la defensa no ha sido el fuerte de ese conjunto en particular. Pues, ese no ha sido el caso para los Hurricanes, quienes a pesar de la alternancia en la posición, se las han ingeniado para continuar frustrando las ofensivas rivales.
Entonces, ¿cuál ha sido la clave para que los dirigidos de Rod Brind’Amour continúen blindados en la parte trasera del hielo? Sencillo: limitar los intentos de disparos de los contrarios.
Con esa simple, pero no tan sencilla de ejecutar, premisa, los Hurricanes han logrado navegar a través de la ausencia del portero titular Frederik Andersen, quien ha estado alejado del hielo desde el 26 de octubre, llevando al club a utilizar a cinco guardametas en 31 juegos — únicamente superados por el Colorado Avalanche, que ha contado con seis. A pesar de ello, el club se ubica en el octavo lugar en la NHL con 2.77 goles permitidos por partido.
Pero detrás de ello, los Hurricanes son los líderes de la liga, y por mucho, en la categoría de intentos de disparos en contra por juego, con menos de 38. De hecho, su diferencial positivo de 533 intentos de disparos por juego totales en esta temporada representa más del doble de los que suman los Florida Panthers, segundos en esa categoría con 268.