FLAParade

Alrededor de 45 minutos antes de que los Florida Panthers comenzaran con su celebración del título de la Stanley Cup, una gran tormenta llegó desde el Océano Atlántico.
 
A la hora programada, los Panthers publicaron un video de algunos jugadores en sus autobuses de dos pisos dirigiéndose desde su centro de entrenamiento hacia la ruta del desfile.
 
"¡¡¡Llueva o truene!!!", decía el video.

Hubo mucha lluvia, y el único brillo de ese día fue el que reflejaba la reluciente Stanley Cup.

A pesar del mal clima, el sur de Florida se presentó en masa para celebrar a sus campeones. Miles abarrotaron la ruta del desfile a lo largo de la carretera estatal A1A, con aún más personas reunidas para una congregación en la playa al final del desfile.

"Está un poco feo afuera", dijo Steve Goldstein, el narrador del equipo en Bally Sports.

Un total de 13 autobuses transportaron a los Panthers por la A1A a lo largo de una ruta de desfile mojada de dos millas (3.22 kilómetros).

Algunos jugadores llevaban impermeables de plástico transparente sobre sus camisetas de campeones, mientras que otros iban con el torso desnudo mientras interactuaban con los aficionados.

El delantero centro Nick Cousins estaba en uno de los primeros autobuses en llegar a la fiesta y ciertamente estaba en el espíritu de la celebración.

Usando solo un par de shorts de baño, Cousins se unió a las festividades saltando sobre un amontonamiento de arena y agitando una bandera de los Panthers de un aficionado, mientras él y los asistentes compartían bebidas.

Luego, Cousins subió al escenario resbaladizo por la lluvia y recreó la escena de Tom Cruise en la película "Risky Business", deslizándose sobre la tarima antes de agarrar la Stanley Cup y levantarla en alto ante un aplauso ensordecedor.

Ryan Lomberg, como de costumbre sin camisa, saltó del escenario a la multitud masiva para surfear sobre ella.

El capitán del equipo, Aleksander Barkov, mantuvo su camisa puesta, pero tenía una bandera finlandesa alrededor de su cuello.

Él, como el dueño del club Vincent Viola, suele ser bastante reservado. Pero no este domingo.

Barkov estuvo extremadamente animado tanto durante el desfile —él y Eetu Luostarinen bebieron de la sandalia de un fan— como sobre el escenario.

Viola dirigió los cánticos de los aficionados cuando los autobuses llegaron al área de la plataforma.

"¡Sur de Florida, ¿qué tal?!", indicó Barkov, el primer capitán finlandés en la historia de la NHL que levanta la Stanley Cup. "Cuando fui seleccionado aquí hace 10 años en 2013, nunca habría creído que este día llegaría. Aquí estoy, con mis compañeros de equipo... aquí frente a ustedes, todos juntos en un día lluvioso durante la temporada de huracanes y estamos aquí, en la playa, celebrando que ganamos la copa".

"No hay suficientes palabras para expresar lo agradecido que estoy con cada persona aquí. Esta multitud llega hasta donde vivo en Boca Ratón, probablemente un millón de personas. Gracias”, agregó.

En la fiesta se mostraron los momentos más destacados del camino de los Panthers hacia la obtención de la Stanley Cup, con Barkov, el portero Sergei Bobrovsky, el defensa Aaron Ekblad y el alero izquierdo Matthew Tkachuk hablándole a la multitud que estaba abarrotada sobre la arena mojada.

Barkov, una vez terminado de hablar, guio las porras de los aficionados para Bobrovsky, diciendo, "¡Siempre quise hacer esto!". Bobrovsky ciertamente parecía apreciarlo.

"En 2019, el 1 de julio, acababa de firmar un contrato con los Florida Panthers", señaló Bobrovsky, recordando cuando dejó a los Columbus Blue Jackets como agente libre. "En mi primera entrevista, me preguntaron por qué vine a Florida. Mi respuesta fue, 'porque quiero ganar la copa. Y voy a hacerlo aquí.' Y ahora, aquí estamos, cinco años después, celebrando la mayor victoria para esta franquicia con ustedes”.

Roberto Luongo, el portero del Salón de la Fama que trabaja con el equipo del lado administrativo, también se dirigió a la multitud.

"Ustedes han esperado 30 años por esto", contó Luongo. "Disfrútenlo, disfrútenlo. Esto es hermoso. ¿Estos chicos? Qué grupo. Se aman como una manada de lobos. Este es un momento hermoso. ¿A quién le importa la lluvia?”.

Las estaciones de televisión locales que transmitían la celebración en vivo tuvieron que estar en alerta máxima cuando el entrenador Paul Maurice usó un lenguaje inapropiado para la televisión.

Una vez que Maurice abrió esa puerta, otros lo siguieron, incluyendo a Luongo. La multitud rugió de aprobación cada vez.

"Escuché que el clima está a 70 grados Fahrenheit (21 grados centígrados) y soleado en Edmonton, pero no tienen la copa", exclamó Tkachuk, quien más tarde se unió a los aficionados para darse un chapuzón en el Atlántico con sus compañeros de equipo Sam Bennett y Dmitry Kulikov.

"Gracias chicos por los recuerdos... Quiero agradecer especialmente a los fans. Este ha sido el mejor momento de mi vida”.

Contenido Relacionado