Es en esta época del año cuando las carreras por los puestos del Comodín de ambas Conferencias están en el ojo del huracán. Dentro de todas las competencias que suelen disputarse en la recta final de una temporada regular de la NHL —tanto en el plano colectivo como en el individual— son estos últimos boletos los que suelen ser los más cotizados, especialmente por la cantidad de equipos que van tras ellos.
Uno de esos conjuntos son los Montreal Canadiens, quienes parecen estar decididos a regresar a los Playoffs de la Stanley Cup por primera vez desde que cayeron en la Final de 2021. A partir de ahí, el conjunto entró en una intensa pero aparente rápida reconstrucción, en la que finalizaron en el foso de su división durante tres años consecutivos.
Hasta estos momentos, la tropa de Martin St. Louis está logrando el objetivo. Con el triunfo del martes de Montreal sobre los Ottawa Senators 6-3 en el Bell Centre, los Canadiens desplazaron a los New York Rangers para ubicarse momentáneamente en el segundo lugar del Comodín de la Conferencia Este.
Y quizás lo más importante de todo, el club apeló a su profundidad —una característica importante para los equipos de postemporada— para sumar los dos puntos.
Mientras que la línea principal de los Canadiens, compuesta por Cole Caufield, Nick Suzuki y Juraj Slafkovsky, había acaparado la atención recientemente (15 puntos combinados en sus últimos tres partidos), fue el resto del roster del equipo la que marcó la diferencia. El tridente conformado por Josh Anderson, Christian Dvorak y Brendan Gallagher se combinó para nueve unidades, impulsando a los Canadiens hacia puestos de postemporada.
Anderson no se ha perdido un solo partido esta campaña, a pesar de lidiar con una serie de lesiones, y sus compañeros y el entrenador han tomado nota. Suzuki declaró después del partido que el equipo está en modo playoffs, con cada juego volviéndose más y más importante en la recta final.