Fuerte temperamento desde temprana edad
Brad Marchand heredó el gusto, la pasión e incluso, podría decirse, la habilidad para jugar al hockey por parte de su padre, Kevin, quien practicó el deporte en la escena de las ligas menores.
Desde la infancia se involucró jugando el deporte en su natal Halifax, en la provincia canadiense de Nueva Escocia. La calidad y el talento de Marchand jugando al hockey eran innegables, pero también su temperamento, incluso teniendo que tomar clases de control de la ira.
Su carácter no fue impedimento para que siguiera progresando a través del deporte, tan es así que en el Draft de 2004 de la Quebec Major Junior Hockey League (QMJHL) fue tomado en la posición 24 por los Moncton Wildcats, todo un acierto para el equipo de la provincia de New Brunswick, ya que en 2004-05 fue nombrado novato del año.
Para la temporada entrante, Marchand lideró a Moncton para ganar la President's Cup (título de la QMJHL) y a llegar a la disputa de la Memorial Cup, aunque los Wildcats sucumbieron en la Final ante los Quebec Remparts.
A lo largo de la carrera en el hockey juvenil, Marchand jugó para tres equipos, incluyendo a los Wildcats, quienes lo enviaron en canje a los Val-d'Or Foreurs y estos, posteriormente, lo cambiaron a los Halifax Mooseheads, donde pudo jugar cerca de casa, aunque con ninguno de sus dos últimos clubes tuvo el éxito que con Moncton.
Llegada a la NHL, un proceso de cocción lenta
El talento de Marchand para jugar era innegable. Su estatura (1,75 metros) nunca fue un problema, pero pese a sus buenos momentos en el hockey juvenil, lo que acabó afectando un poco sus planes fue la manera en la que llegó a la NHL.
Los Boston Bruins ya le habían echado el ojo a Marchand, incluso canjearon dos selecciones de cuarta ronda del Draft de la NHL de 2006 con los New York Islanders por una de tercera ronda para tomar al nativo de Halifax en la posición global 71; sin embargo, su siguiente destino no sería la NHL.