Pero quizás el logro más impresionante conseguido por MacKinnon en su extraordinaria campaña fue la racha de puntos de 35 juegos en el Ball Arena de Colorado para empezar el año, que duró desde el 19 de octubre hasta el 26 de marzo, un período en el que sumó 77 unidades (29-48), siendo la segunda seguidilla más larga en juegos en casa en la historia de la NHL, únicamente por detrás de Wayne Gretzky, quien tuvo una cadena de 40 partidos con Los Angeles Kings, sumando 103 unidades (33-70).
Y cuando logras una temporada de ese calibre, son esas mismas leyendas quienes se toman un tiempo para felicitarte.
“Recibí una llamada de Sid [Sidney Crosby] y Wayne [Gretzky] — siempre es genial ver el nombre de Wayne Gretzky llamándote en tu teléfono, y ya lo he visto cien veces. Es muy bueno contar con todo el apoyo. La verdad es que no pude haber hecho esto solo”.
En esa misma línea, MacKinnon se aseguró de hablar de sus compañeros de equipo, en especial uno: Mikko Rantanen, otro de los delanteros estelares del Avalanche, quien aportó sus propios 104 puntos, producto de 42 tantos y 62 asistencias.
“Mira, todos estos años Mikko ha estado allí para mí. Es perfecto, un compañero de línea perfecto. Estamos el uno para el otro”, continuó el delantero de 28 años. “Creo que nos ayudamos entre nosotros. Lo mismo con el resto de los chicos, todos con los que he compartido en estos 11 años de carrera, que me han ayudado a ser quien soy hoy”.
Ciertamente, los reconocimientos obtenidos el jueves elevan considerablemente una sólida carrera, a pesar de su corta edad. En 11 campañas en la NHL, MacKinnon ha sido galardonado con el Trofeo Calder (al novato del año), el Trofeo Lady Byng (al jugador que exhibe el mejor espíritu deportivo y conducta caballerosa, combinados con un alto nivel de habilidad de juego), ha sido convocado a dos Juegos de Estrellas y fue campeón de la Stanley Cup en el 2022, cosechando 24 puntos (13-11) en 20 partidos en aquellos playoffs.