NHL.com/es ofrecerá un análisis detallado de cada uno de sus 32 equipos del 1 de agosto al 1 de septiembre. Hoy, abordamos tres preguntas importantes que enfrenta el Utah Hockey Club.
Prácticamente desde cero comienza la historia del hockey profesional en el estado de Utah luego de la extinción de los Arizona Coyotes, una mudanza que dejó corazones rotos en el desierto, pero que, por el otro lado, genera mucha ilusión en Salt Lake City con la llegada del Utah Hockey Club.
El nuevo equipo de Utah trae consigo esperanza, pero tampoco puede dejarse de lado que se trata de un proyecto con vastas áreas para mejorar, lo cual también sirve como una especie de freno a las emociones pues hay una serie de problemáticas heredadas que, en la medida en la que no se resuelvan, serán una piedra en el zapato.
1. ¿Podrá el equipo mejorar las deficiencias defensivas?
Con un promedio de 11.5 minutos en penalizaciones por encuentro, los Coyotes fueron el tercer equipo más indisciplinado de la NHL en 2023-24, y si a esta de por sí angustiosa estadística se suma que Arizona fue el equipo 25 de la liga en porcentaje de efectividad en el penalty killing (76.3%), además de ser el equipo 25 (3.34) en promedio de goles tolerados por encuentro, todo esto abonando para ser la receta para un desastre.
En ese sentido, Utah hizo lo conducente para tratar de revertir esas tendencias como llevar a cabo la contratación del experimentado defensor Mikhail Sergachev, procedente del Tampa Bay Lightning, equipo con el que fue dos veces campeón de la Stanley Cup y al que se le vislumbra como el nuevo líder de la defensa en un equipo que está urgido de mejorar este aspecto del juego.
Utah también sumó al defensa John Marino, procedente de los New Jersey Devils, para ubicarse entre los cuatro primeros defensores del equipo y convertirse en una solución para los problemas previamente mencionados.