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Los Edmonton Oilers son un equipo que ha estado acostumbrado a lidiar contra la adversidad en la presente temporada y no han tenido un solo remanso para respirar profundamente con relativa paz, pues las altas expectativas que se tienen de este grupo son un constante recordatorio de la presión que tienen por ganarlo todo.

Después de apabullar 8-1 a los Florida Panthers en el Juego 4 de la Final de la Stanley Cup de 2024 el pasado sábado, triunfo con el que eludieron el primer escenario de eliminación en la serie por el título, Edmonton se dio la oportunidad de seguir con vida y alargar unos días más su temporada, una en la que se han acostumbrado a acallar a sus críticos, de uno u otro modo.

SCF, J4: FLA @ EDM Resumen

Luego de perder 3-2 ante los San Jose Sharks el 9 de noviembre para poner su marca en 2-9-1, los Oilers tocaron fondo muy pronto en la campaña y poco después se daría el despido de Jay Woodcroft como entrenador en jefe, lo que derivó en la llegada de Kris Knoblauch como su remplazo.

Desde 2006 los Oilers no aterrizaban en una Final de la Stanley Cup y con un núcleo que incluye a Connor McDavid y Leon Draisaitl la presión por no volver a esas instancias o incluso lograr más se hacía cada vez más intenso después de varias decepciones en los playoffs, pero en 2024, el equipo del norte de Alberta tomó el asunto en sus propias manos y acabar con esa sequía.

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“Sería una pena que no nos tuviéramos confianza a estas alturas”, dijo el lunes el estelar delantero de Edmonton Leon Draisaitl. “Creo que todos creemos. Pienso que todos tenemos confianza en nosotros mismos. Hemos enfrentado mucha adversidad este año y siempre hemos hallado la manera de salir adelante, así que tenemos mucha confianza en el grupo en este momento”.

A esas alturas de la temporada el futuro era incierto para los Oilers, pero disponían de un factor con el que ahora no cuentan: el tiempo. Una derrota más para Edmonton significa el final de su temporada y un nuevo intento fallido por llevar un título más a sus vitrinas y —aunque poco se ha enfocado el asunto en ese sentido—, tratar también de ponerle un fin a la racha de años seguidos en los que un equipo ubicado en Canadá no se corona.

Los Montreal Canadiens de 1993 fueron la última franquicia en lograrlo y tres años atrás los propios Oilers habían conquistado su quinto título de la Stanley Cup y el último hasta ahora.

“Creo que estamos aquí por eso (por no saberse rendir)”, dijo el lunes después de la práctica el portero de los Oilers, Stuart Skinner. “No se trata de lo que la gente diga sino de lo que nosotros creemos y de lo que pasa en el vestidor. Después de comenzar así la temporada, tu equipo se resquebraja, pero como equipo eso nos unificó y el hecho de que estemos donde estamos es la prueba. No importa lo que digan tenemos una hermandad”.

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La unidad que los Oilers tienen en el vestidor y que Skinner retrata de manera nítida, es una buena base para afrontar el Juego 5, a llevarse a cabo la noche del martes en la Amerant Bank Arena, un encuentro crucial en la serie y que solo presenta dos escenarios: la prolongación de la batalla o un nuevo campeón.

“Cuando llegué a dirigir a este equipo estaba abrumado, habría muchas cosas que pasaban por mi cabeza y con las que tenía que lidiar y familiarizarme, pero lo que sí pude notar es que había mucha frustración”, relata Kris Knoblauch, entrenador de los Oilers cuando asumió el cargo de entrenador a mediados de noviembre.

Y agregó Knoblauch: “Una de mis metas al llegar era hacer cambios en los sistemas, pequeños ajustes, pero una de mis metas principales era quitarles a los jugadores esa frustración y devolverles la confianza, haciendo que jugaran de la mejor manera que pudieran. Pero nunca dudaron acerca de si eran o no un buen equipo y si eran capaces de llegar aquí y esa es parte de la fe y la creencia que hay en nuestro vestidor”.

Los jugadores del equipo campeón de la Conferencia Oeste están plenamente conscientes de cuál es el estatus de la serie, pero el criterio de la confianza y de la creencia en poder superar los retos es uniforme, el grupo lo refleja en esa mentalidad, sin importar de quién se trate.

“Primero que todo, tenemos que tomas las cosas un día a la vez, y claro, tratar de aprovechar esa desesperación, es decir, vamos a jugar el quinto partido de la Final de la Stanley Cup, ¿no sé qué pueda ser más motivante que eso?”, comentó el defensa de Edmonton Darnell Nurse. “Desde luego, en la posición en la que nos encontramos, sabemos que tenemos mucho trabajo por hacer, más aún si ves el cuadro completo, pero en nuestro grupo sabemos que lo tenemos que tomar un día a la vez, eso hemos aprendido y en eso se sustenta nuestra creencia esta temporada”.

Si los Oilers acaban sucumbiendo el martes por la noche ante los Panthers podría no ser el fin del mundo para ellos y, por el contrario, podrían utilizar a su rival como un ejemplo a seguir y volver a intentarlo de nuevo con algo que no se compra en ninguna tienda: la experiencia. No obstante, Edmonton se aferrará a seguir creyendo hasta que el reloj marque cero o cuando el siguiente partido concluya.

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