Los Oilers buscarán ser los segundos en hacerlo. Actualmente, todo pinta a su favor, especialmente por la forma en la que han dominado a sus rivales, teniendo al mismo tiempo la espalda contra la pared.
Sin embargo, si hay un escenario en el que han brillado los Panthers en los últimos años, es este. Cuando son vistos como los menos favorecidos, es cuando sacan su mejor cara. Así fue durante los Playoffs de la Stanley Cup del año pasados — cuando llegaron hasta la final siendo el equipo con el peor sembrado de la postemporada. Y así ha sido en esta edición también, cuando enfrentaron a su némesis, el Tampa Bay Lightning, a los Boston Bruins y a los ganadores del Trofeo de los Presidentes, New York Rangers.
“No estoy preocupado por el pasado, en lo absoluto”, respondió el entrenador de Florida, Paul Maurice, el sábado, cuando se le preguntó sobre los últimos tres resultados de su equipo. “Tenemos nuestro plan establecido; nos reunimos esta mañana, vimos videos, y haremos lo mismo mañana para estar listos para jugar. Sé que [la serie está ahora] 3-3. La preocupación de los tres juegos anteriores ciertamente no afectó a Edmonton, y no nos afectará a nosotros ahora”.
Maurice sabe muy bien el reto que tiene por delante. Si bien sigue siendo el entrenador con más triunfos en la historia de la NHL que no ha ganado una Stanley Cup (938, incluyendo playoffs), el dirigente conoce lo que se necesita para ganar un decisivo Juego 7.
Maurice tiene récord de 4-0 en este tipo de partidos, y con un triunfo más, se uniría a Peter DeBoer (8-0) como los únicos entrenadores en ganar los cinco primeros Juegos 7 que enfrentan en sus carreras.
De hecho, históricamente, los equipos que disputan Juegos 7 en casa en la Final de la Stanley Cup, situación en la que estarán los Panthers el lunes en la Amerant Bank Arena, tienen récord de 12-5.
Maurice ha dicho desde el inicio que el club no le presta atención a los registros históricos. Ese fue el caso cuando estuvieron arriba 3-0 y así continúa siéndolo cuando luchan por evitar ser el segundo conjunto en la historia en desperdiciar una ventaja de ese estilo en la final.
“No hablamos de eso”, aseguró. “Nos sentamos a hablar del choque que tenemos por delante. Trabajaremos en el Juego 7. No vemos la hora”.
Más allá de controlar las emociones de sus jugadores, la clave para Maurice será incentivar a que el vestuario las acepte.
“Los 32 equipos abrazarían la idea de sentir las emociones de formar parte y tener la oportunidad de disputar un Juego 7 de la Final de la Stanley Cup”, dijo. “Es con lo que cada joven sueña. Nadie piensa en un gol en tiempo extra en un Juego 4. Siempre es un Juego 7”.