Acciones un partido memorable
Pese a su historial negativo en la casa de los Islanders, Philadelphia partió con la delantera en aquel sexto juego gracias al tanto de Reggie Leach, aunque la alegría de los visitantes duró poco debido a que Denis Potvin capitalizó un Power Play para empatar la pizarra y luego Duane Sutter puso arriba a los de casa. Sin embargo, un gol de Brian Propp en las instancias finales del primer parcial, le permitió a los Flyers nivelar las acciones.
Durante los siguientes 20 minutos, los Islanders dominaron cómodamente y gracias a las anotaciones de Mike Bossy y Bob Nystrom, el equipo tomó el control 4-2. En ese momento, la historia no parecía tener a Nystrom como protagonista, pero todo iba a cambiar después de que Bob Dailey y John Paddock consiguieron hundir el disco en la red del arquero e integrante del Salón de la Fama, Billy Smith, para forzar el tiempo extra.
Alguien tenía que ser héroe y el destino se encargó de que fuese Nystrom.
La noche del 24 de mayo de 1980 cobró un carácter especial en la carrera de un Nystrom que vio acción en más de mil partidos en la NHL, pero ninguno como el de aquel domingo ante un Coliseo repleto que a los 7:11 del alargue explotó en alegría, cuando el alero sueco venció al arquero rival Pete Peeters para sellar la victoria 5-4 y con ello el campeonato de los Islanders.
Testimonio de los protagonistas
En 2017, cuando la NHL celebró sus 100 años de historia, Nystrom recordó el momento en una entrevista para el canal de la liga. "Yo ya había anotado previamente antes del final del segundo período y pensé que con eso sería suficiente. De hecho nos estábamos felicitando dentro del vestidor durante la pausa". El delantero también hizo mención a lo difícil de haber perdido la ventaja.
"Cuando ellos (Flyers) empataron el juego, todo el escenario se quedó pasmado", expresó Nystrom, quien destacó que antes de iniciar la prórroga el equipo se reagrupó de la mejor forma para poder lograr el triunfo, siendo ésta, una afirmación respaldada por su compañero e integrante del Salón de la Fama, Denis Potvin. "Habían como ocho jugadores que habían dicho que iban a ganar el juego".