Después de clasificar cuatro años consecutivos a la postemporada, pero sin poder ganar una sola ronda en ese período, y de quedarse fuera completamente de los Playoffs de la Stanley Cup en la edición de la 2023-24, la presión por ver una mejoría colectiva para el Minnesota Wild esta temporada era considerable. Este equipo, que ha clasificado a la postemporada en 10 de las últimas 12 campañas, enfrenta un creciente nivel de urgencia por trascender en los momentos más importantes.
Sin embargo, el comienzo del 2024-25 ha sido diferente. Con un registro de 14-4-4 y 32 puntos en la clasificación pasado ahora el primer cuarto del campeonato, los dirigidos por John Hynes han demostrado estar a la altura de las expectativas. Minnesota ostenta el tercer mejor récord de la NHL, sólo por detrás de los Carolina Hurricanes y los Winnipeg Jets, y buena parte de este éxito recae en el trabajo excepcional de su guardameta Filip Gustavsson.
La noche del miércoles fue otro capítulo brillante en la temporada de Gustavsson, quien se robó el espectáculo con una presentación impecable en la victoria 1-0 sobre los Buffalo Sabres en el KeyBank Center. Su desempeño incluyó 39 salvadas, consolidando su segunda blanqueada en esta campaña y la octava en su carrera. Gustavsson se mostró especialmente sólido en el primer periodo, deteniendo 16 disparos, y mantuvo su consistencia hasta el final del partido, sumando 14 atrapadas más en el último tramo para asegurar la victoria.
Gustavsson, quien llegó al equipo en la temporada 2022-23 tras disputar sus primeras dos temporadas de carrera con los Ottawa Senators, ha dado un paso adelante en su juego este año. Tras dos campañas dividiendo tiempo de juego con el futuro miembro del Salón de la Fama, Marc-André Fleury, el guardameta de 26 parece haber aprendido bien de uno de los mejores, para convertirse ahora en uno de los mejores de su posición en la NHL.
Sus números son impresionantes: Lidera la liga con un promedio de goles en contra (GAA) de 2.06 y un porcentaje de salvadas de .929. De esa manera, se ha metido en un duelo interesante por el mejor portero de la NHL con su contraparte de Winnipeg, Connor Hellebuyck, quien ha ganado el Trofeo Vezina en dos ocasiones.
"Sabíamos que Buffalo era un equipo ofensivo muy peligroso y Filip estuvo increíble”, expresó Hynes. “Mantuvo la calma en momentos clave. Es un jugador que está respondiendo consistentemente en escenarios importantes, y esa confianza se transmite al resto del grupo".
Por su parte, Gustavsson fue modesto sobre su actuación, señalando el esfuerzo colectivo como un factor clave: “Sabíamos que ellos iban a generar oportunidades. Creo que hicimos un gran trabajo bloqueando disparos y limitando sus chances. Fue un esfuerzo realmente sólido de nuestra parte”.
Ahora, para sumar uno de los mejores récords de la liga, un equipo debe contar con contribuciones más allá de un solo de sus jugadores. Y ese es el caso del Wild, quien además de tener un roster profundo, está viendo a otros de sus estandartes brillar este año: Kirill Kaprizov.
Kaprizov, quien ha sido el claro motor ofensivo de Minnesota, fue el autor del único gol del encuentro. Su anotación en el segundo periodo fue suficiente para marcar la diferencia, y el entrenador Hynes elogió su impacto más allá de los puntos. “Ha sido un jugador crucial para nosotros. Su capacidad para producir en juegos cerrados, donde las oportunidades son limitadas, habla de su madurez y compromiso en ambos extremos del terreno”.