La carrera de los New York Rangers hacia el título de la Stanley Cup en 1994, es un un recuerdo imborrable para muchos fanáticos del hockey, entre ellos, José Jiménez, un hijo de inmigrantes de una comunidad agrícola de Colombia, quien creció en el área de Queens con un notable amor por este deporte.
Al no contar con acceso a una pista de hielo, Jiménez practicaba al hockey sobre patines de rueda y seguía apasionadamente a sus Rangers a tal punto que, cuando José y su esposa, Joanna, tuvieron su primer hijo, lo pusieron a patinar a la edad de cuatro años.
Hoy, ése niño es Christian Jiménez, un defensor senior en la Universidad de Harvard. “El juego ha sido increíble para mí. Es gracioso pensar que no necesariamente vengo de un linaje de hockey, pero fue por el amor de mi padre a este deporte y también a los Rangers que comencé”.
Esta semana, Christian disfrutará de una oportunidad que cambiará su vida, gracias a su amor por el hockey (y el de su padre). El equipo masculino de Harvard viajará a Belfast, Irlanda del Norte, para participar en el torneo Friendship Four, junto con la Universidad de Boston, Merrimack y Notre Dame.
“Va a ser absolutamente increíble”, dijo Jiménez. “Dejando de lado el hockey, será fantástico explorar el mundo y un nuevo lugar con 30 de tus mejores amigos... Estamos muy agradecidos de que los ex alumnos de hockey de Harvard y el Varsity Club hayan aceptado pagar un viaje como este y nos hayan dejado ser parte del evento”.
Es el tipo de experiencia que Jiménez, de 22 años, imaginó cuando se comprometió con Harvard. Antes de asistir a un campamento de USA Hockey en Amherst, Nueva York, durante la escuela secundaria, había recibido interés de otra escuela de la Ivy League. Después de que Jiménez impresionara en el campamento, Harvard le ofreció un lugar en su clase de reclutamiento y su decisión fue inmediata.
“Es Harvard. Cambiaría la trayectoria y el legado de mi familia. Mi abuelo materno llegó de Puerto Rico a los Estados Unidos sin zapatos y consiguió un trabajo al bajarse del avión como freidor de hamburguesas en un restaurante. Mi abuela llegó aquí cuando tenía 18 años desde el Reino Unido y trabajó como niñera”.
Jiménez continuó con su testimonio. “Por parte de mi padre, mis abuelos vinieron de un pueblo agrícola de Colombia. Como mis padres son de primera generación, y de dónde vienen mis abuelos, era obvio que podían decir que su nieto fue a Harvard y fue parte de esta fantástica institución. Es un lugar muy prestigioso para estar”.