Con el comienzo de la pretemporada 2023-24 listo para arrancar el 23 de septiembre en Melbourne, Australia, NHL.com/esproveerá un análisis a profundidad sobre cada equipo y de cara a que entren en acción. En esta ocasión: los Calgary Flames.
La temporada 2022-23 fue muy dura para los Calgary Flames no solo en lo numérico, pues tuvieron un decremento de 18 puntos, al ganar 111 en 2021-22 a solo 93 y obtuvieron 12 triunfos menos (38) con respecto al año anterior, todo eso con el añadido de que el jugador del que se deshicieron, Matthew Tkachuk, en un canje con Florida, llevó a los Panthers a la Final de la Stanley Cup.
Después de llegar a la segunda ronda de los playoffs en 2021-22, los Flames no clasificaron a la postemporada, se quedaron a dos puntos de los Winnipeg Jets (95 unidades), el segundo comodín, pues el equipo sufrió bastantes cambios y los refuerzos, de los cuales se esperaba mucho, no cumplieron con las expectativas.
Particularmente resalta el caso del delantero Jonathan Huberdeau, quien solo sumó 55 puntos (15 goles, 40 asistencias) en 79 juegos, la cuota más baja de su carrera en una temporada en la que al menos disputa 50 partidos.
Como era de esperarse, la organización llevó a cabo varios cambios, desde la oficina, pasando por la banca y hasta en el hielo.
En lo que se refiere a lo deportivo, el movimiento de mayor relevancia para los Flames fue el arribo del delantero bielorruso Yegor Sharangovich, procedente de los New Jersey Devils, quien se vio involucrado en un cambio que mandó a Tyler Toffoli a Newark, quien con sus 34 goles anotados en 2022-23 deja un gran vacío en el ataque de Calgary para 2023-24.
Siendo Sharangovich la mejor adición ofensiva, preocupa que no pueda ser una respuesta, pues el bielorruso en 2022-23 con los Devils apenas sumó 30 puntos (13 goles, 17 asistencias) en 75 juegos, a pesar de formar parte de una de las mejores ofensivas de la NHL, pero buscará probar que puede elevar su nivel de juego tras firmar por dos temporadas con Calgary.
Luego de tres años Darryl Sutter fue despedido del cargo de entrenador principal de los Flames, en otro de los movimientos más importantes de la franquicia en el receso de temporada. En su lugar se quedó Ryan Huska, cuyo nombre no es nuevo para los Flames, ya que era uno de los asistentes del destituido Sutter; no obstante, su llegada plantea cambios de estructura, estilo de juego y hábitos para los jugadores.
La gerencia fue otra área de la organización que no se quedó intacta. La salida de Brad Treliving como gerente general de Calgary (ahora ejercerá el mismo rol con los Toronto Maple Leafs), después de casi una década en el cargo, derivó en la contratación de Craig Conroy para remplazarlo.
Pero al igual que en el cambio de entrenador, el apellido Conroy no es ajeno en el sur de Alberta, ya que fungió como asistente de Treliving desde 2014, un aspecto que ayuda, ya que conoce la atmósfera de la organización.
Una de las bajas que probablemente no se pueda cuantificar en lo numérico, pero que se sentirá de inmediato, es la salida del veterano delantero Milan Lucic, su mejor presencia física. Ahora llevará sus talentos a Boston
Si la salida de Toffoli puede encender focos rojos en lo que a la ofensiva respecta, la alarma podría sonar más fuerte aún si se tiene claro que Calgary exhibió la ofensiva 19 de la NHL con 258 goles (3.15 por partido) y suma a la ecuación que solo dos jugadores del roster para 2023-24, como Elias Lindholm y Nazem Kadri, superaron la marca de las 20 anotaciones, se torna más crítica la situación.