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A estas alturas del año, cuando restan un par de juegos de temporada regular y el inicio de los Playoffs de la Stanley Cup está a la vuelta de la esquina, el enfoque de los equipos ya clasificados se amplía hacia un plano más general, enfocándose mayormente en su preparación de cara a la postemporada que comenzará el 20 de abril.

Sin embargo, para Carolina, se pueden hacer las dos cosas; calentar motores para los playoffs y buscar en paralelo no sólo un mejor sembrado, sino la oportunidad de asegurar el primer Trofeo de los Presidentes (otorgado al mejor conjunto de la temporada regular) en la historia de la franquicia, con el último par de encuentros que tienen por delante.

Los Hurricanes superaron el viernes 5-2 a los Blues en el Enterprise Center de St. Louis para mejorar su récord en el año a 51-22-7, 109 puntos, con la que fue su cuarta victoria consecutiva. Actualmente son sólo superados por sus rivales de la División Metropolitana, los N.Y. Rangers, quienes registran 53-23-4, 110 unidades.

Ambos tienen dos partidos por disputar en el año. Carolina se medirá a los Blackhawks el domingo y luego culminará su campaña ante los Blues — ambos partidos fuera de casa. En cuanto a los Rangers, quienes han tropezado dos encuentros en fila, medirán fuerzas en casa ante los Islanders el sábado y ante los Senators el lunes.

En la puja por el mejor récord de la NHL también están los Stars, quienes suman la misma cantidad de puntos que los Hurricanes en misma cantidad de partidos — Carolina tiene el factor del desempate a su favor tras ganar 43 juegos en tiempo regular, por 39 de Dallas y 42 de Nueva York.

Pero más allá del Trofeo de los Presidentes, superar a los Rangers tiene implicaciones de postemporada. De terminar en el segundo lugar en la división, los Hurricanes se medirían posiblemente a los Islanders — actualmente en el tercera casilla de la división — mientras que si terminan en la cima, chocarían ante el segundo Comodín que aún está por definirse, y está actualmente en posesión de los Penguins.

Dicho eso, los Hurricanes también deben irse preparando para cualquier escenario de los playoffs. Y ese fue el caso del viernes, cuando demostraron dos factores que hacen de cualquier equipo uno muy peligroso en la instancia decisiva; exhibiendo una sólida profundidad y una portería de lujo.

Los defensores Jalen Chatfield y Brett Pesce, junto a los delanteros Jordan Staal y Teuvo Teravainen, fueron apartados a última hora del juego ante St. Louis por estar un poco “golpeados”. Tony DeAngelo, Scott Morrow (en su debut), Brendan Lemieux y Jesperi Kotkaniemi fueron los reemplazos.

“Sí, estuvimos sin unos cuantos jugadores. Son cuatro piezas que son muy importantes para nuestro grupo”, expresó el entrenador de Carolina, Rod Brind'Amour. “Pero otros chicos recibieron la oportunidad y demostraron de lo que son capaces. Creo que todos estuvieron muy bien”.

En la portería, Frederik Andersen estuvo brillante, deteniendo 29 de los 31 disparos que enfrentó, incluyendo 14 en el último período y frenando un ataque de los Blues en el primer acto, que pudo haber cambiado el momento del encuentro.

CAR@STL: Andersen se luce con el guante

Solo contra el guardameta, en la parte derecha del hielo, el delantero de los Blues, Zach Dean, disparó directo hacia la humanidad de Andersen, quien detuvo el disco pero permitió un rebote que le quedó en bandeja de plata a Dean, quien procedió a intentarlo de nuevo, pero Andersen, desde el suelo, se estiró cuan largo es hacia su izquierda, para capturar el puck.

“Mira, ahí lo tienes. Son esos los grandes momentos”, señaló Brind'Amour. “Tienes que pelear para salir de las situaciones [difíciles]. Esa pudo haber sido la jugada del partido”.

La increíble intervención de Andersen dejó el juego sin goles en ese momento. Minutos después, ambos equipos dividieron anotaciones; Zack Bolduc por los locales y Jordan Martinook por los visitantes. Lo mismo en el segundo tramo, a manos de Jordan Kyrou por los Blues y Seth Jarvis por Carolina.

Fue en el tercer período cuando se definió todo, con un trío de goles de los Hurricanes, de Jacob Slavin y un par de Jake Guentzel con la portería desguarnecida.

“Estuvimos en desventaja todo el juego”, señaló Slavin. “Jugamos fuerte. Frederik hizo unas atrapadas increíbles. Continuamos presionando por nuestra lado hasta que llegaron los goles”.

CAR@STL: Slavin rompe el empate

De su parte, Guentzel, quien llegó proveniente desde los Penguins en la fecha límite de cambios — posible rival de los Hurricanes en la primera ronda — suma 12 puntos (seis goles, seis asistencias) durante una seguidilla activa de siete encuentros con puntos, y 24 unidades (8-16) en los 16 choques que tiene con el uniforme de Carolina.

Se está formando la tormenta perfecta para los Hurricanes, con la posibilidad de ascender en la tabla, ganar un trofeo y al mismo tiempo hacer lo necesario para afinar los detalles necesarios para conformar un grupo capaz de ir profundo en la postemporada, que al final, es el objetivo principal para la tropa de Brind'Amour.

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