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NHL.com/es ofrecerá un análisis detallado de cada uno de sus 32 equipos del 1 de agosto al 1 de septiembre. Hoy, abordamos tres preguntas importantes que enfrentan los Florida Panthers.

Después de palpar la incomparable sensación de levantar la Stanley Cup sobre sus cabezas y proclamarse como los mejores de la NHL en 2024, justo un año después de haber sido testigos presenciales del festejo de los Vegas Golden Knights, los Florida Panthers tendrán todo un año para ser llamados, a toda ley, campeones de la liga, pero revalidar la corona será todo un reto.

En los últimos 25 años la NHL solamente ha tenido tres escenarios en los que ha coronado a bicampeones: Detroit Red Wings (1998 y 1999), Pittsburgh Penguins (2016 y 2017) y Tampa Bay Lightning (2020 y 2021).

En ese contexto, vienen tres interrogantes para tratar de desmenuzar el panorama de los Panthers en la próxima campaña en la que tratarán de unirse a un selecto club que en el último cuarto de siglo logró defender su título.

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1.- ¿Cómo afectarán a los Panthers los cambios en el roster en su meta de defender el campeonato?

Como ha sido una tradición de unas décadas a la fecha, todos aquellos quienes aspiran a ganar un título buscan salpicarse un poco de la sustancia de aquellos quienes lo han conseguido; en ese aspecto, los Panthers ya no contarán con algunos de los jugadores que contribuyeron a la consecución del primer título de la Stanley Cup para la campaña 2024-25.

Florida prescindirá de la presencia de los defensas Brandon Montour (Seattle Kraken) y Oliver Ekman-Larsson (Toronto Maple Leafs), además del delantero Vladimir Tarasenko (Detroit Red Wings), quien arribó a Florida tras un canje luego de la fecha límite de cambios de la NHL en una transacción con los Ottawa Senators.

Aunque no fueron bajas del mismo impacto, Florida tampoco tendrá más en su roster al portero Anthony Stolarz (Maple Leafs) ni tampoco a los delanteros de Kevin Stenlund (Utah Hockey Club) y Ryan Lomberg (Calgary Flames), quienes se desempeñaban en las líneas complementarias.

Para tratar de remplazar a las piezas que se fueron, la gerencia de los Panthers firmó a los defensas Nate Schmidt (Winnipeg Jets) y Adam Boqvist (Columbus Blue Jackets), además de los delanteros Tomas Nosek (New Jersey Devils) y Jesper Boqvist (Boston Bruins), además de sumar a Chris Driedger (Seattle Kraken), un viejo conocido en la portería de Florida.

En aquellas noches complicadas para las líneas principales, la aportación de las líneas complementarias será crucial, pero con cambios notorios en ese renglón, Florida necesitará tiempo para que las nuevas incorporaciones se amolden al estilo de juego y generen la suficiente química entre sí, lo cual puede perjudicar al equipo.

Pero en un escenario optimista, el nivel de entendimiento y la cohesión podrían llegar en el mejor momento, en la recta final de la temporada y trasladar eso a la hora buena, el arranque de los playoffs.

2.- ¿Cambio de estilo o aferrarse a su arriesgada fórmula del éxito?

Es innegable que un timbre de orgullo para los Florida Panthers en la pasada temporada fue su físico estilo de juego, lo cual los hizo doblegar rivales en partidos apretados en los que un impacto hacía retroceder o cimbrar a sus oponentes y se convirtió en un sello de identidad del club.

Con un total de 2,339 golpes propinados (28.5 por juego) en la campaña de 2023-24, los Panthers encabezaron a la NHL en ese departamento, una cifra acorde a la narrativa del estilo físico que en muchas ocasiones les permitió inclinar un partido en su favor.

No obstante, esto también tuvo un precio que pagar para la organización, al ver apilarse los minutos de penalizaciones, renglón en el que los Panthers lideraron a la liga con 13.6 minutos de castigo por encuentro.

Durante los playoffs el estilo físico de Florida no tuvo un freno, en lo absoluto, sino que se exacerbó, con un total de 1,035 golpes en 24 encuentros, a razón de 43.1 por juego.

A pesar de ello, su unidad de penalty killing en la postemporada operó a un muy alto nivel, pese a medirse a una de las mejores unidades de Power Play como la de los Edmonton Oilers en una serie de siete partidos. Florida solamente permitió nueve goles en 75 ocasiones en las que se quedaron en desventaja numérica, con una eficacia del 88%.

A pesar de los cambios, que indudablemente afectan el funcionamiento de los equipos especiales, es difícil plantearse un cambio de estilo aunque es innegable también que ese sello que distingue a los Panthers, también les ha permitido conseguir mucho, pese al riesgo que se corre.

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3.- ¿Tiene Florida el personal para al menos regresar a la Final de la Stanley Cup a defender su corona?

Los jugadores más importantes de los Panthers como Matthew Tkachuk, Aleksander Barkov, Sergei Bobrovsky, Sam Reinhart, Carter Verhaeghe, Sam Bennett, Gustav Forsling, Aaron Ekblad o Niko Mikkola, entre otros, se mantienen en el roster, lo cual genera una apacible sensación de estabilidad.

El cuerpo de entrenadores, encabezados por Paul Maurice, la gerencia con Bill Zito, también se mantienen sin grandes alteraciones en sus respectivas oficinas, lo cual añade a la tranquilidad que puede dar mantener al núcleo de un equipo campeón con daños menores de cara a la temporada de defensa del cetro.

No obstante, tanto la gerencia como el cuerpo de entrenadores deberán jugar un rol determinante en el enfoque del equipo para 2024-25, pues si bien es cierto que muchos jugadores se quitaron un gran peso de encima al conseguir el título de la NHL la campaña pasada, el gran reto será motivarlos para lograr algo incluso más grande y que no sucede de manera frecuente como obtener un bicampeonato.

Por otro lado, los lazos tejidos con varios de los jugadores que se fueron, pueden ser un tema a considerar, porque por más que se diga que esto se trata de ‘un negocio’, el factor humano no puede sustraerse de la ecuación.

“Es una parte difícil del trabajo. Es fácil decir que es ‘parte del trabajo’, pero es realmente difícil. Todos los chicos son parte de la familia. Todos tienen un papel que desempeñar”, dijo en el receso de temporada Bill Zito, gerente general de Florida acerca de los jugadores que se fueron. “Es difícil. Todos son personas y estar tan cerca, ver lo que hicieron y su contribución, fue realmente difícil. Esa no es una parte divertida del trabajo”.

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