“Creo que cuando pasas por algo así, un proceso tan doloroso, cuando lo superas, deberías ser un mejor equipo”, dijo el entrenador en jefe de los Sabres, Lindy Ruff al final del partido. “Muchos jugadores se quitaron un gran peso de encima”.
Desde que superaron 4-2 a los San Jose Sharks el pasado 23 de noviembre, los Sabres dejaron de paladear las mieles de la victoria. Durante la larga racha negativa, los Sabres se fueron con marca de 0-10-3 y cayeron al fondo de la División Atlántico, luego de que antes de empezar a caer en el bache, Buffalo tuviera récord de 11-9-1, dentro de las posiciones de playoff.
“Esta noche simplemente dijimos, independientemente de lo que pase, turno tras turno vamos a hacer lo correcto y dejar que las fichas caigan donde tengan que caer”, dijo el delantero Tage Thompson. “Anotamos siete goles, fue genial, pero nuestra defensa no permitió nada”.
Todo comenzó con un sólido arranque de partido para Buffalo. Beck Malenstyn movió el marcador en favor de los Sabres a los 2:07 para el 1-0 y a los 16:49 el delantero novato Jiri Kulich puso el 2-0.
Fueron un total de cinco goles sin respuesta para los Sabres. El 3-0 fue obra de Jason Zucker, vía Power Play, a los 6:53 del segundo periodo. Zach Benson amplió la ventaja a 4-0 a los 15:45 y Jack Quinn alejó aún más a Buffalo con el 5-0 a los 18:21.
Dicho sea de paso, Benson se convirtió en el primer jugador de los Sabres en anotar un gol en su partido 100 con el equipo, desde que Alexander Sulzer (9 de febrero de 2013) consiguió el hito.
“Fue muy importante anotar algunos goles”, dijo Zucker. “Durante todo este lapso, hemos tenido algunos partidos realmente buenos, pero no hemos anotado. Al principio, tuvimos algunos partidos realmente malos en los que anotamos goles. Fue bueno tener un partido completo para conseguir esa victoria”.
A pesar de que los Islanders le rompieron la blanqueada a Ukko-Pekka Luukkonen, quien detuvo 27 de 28 disparos para acreditarse el triunfo, a los 19:05 con el gol de Kyle Palmieri, nunca hubo una sensación de que se avecinara un colapso en el tercer periodo que pudiera prolongar la miseria de un atribulado equipo de Buffalo.