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Previo a los tiempos donde México vivió el boom del hockey en los noventas con la apertura de dos pistas de hielo en San Jerónimo y Lomas Verdes, los aficionados a este deporte tenían que ponerse creativos para soñar emular a sus ídolos de la NHL. 

Fue justo ahí donde el difunto parque de diversiones Skatorama en las afueras de la Ciudad de México, tomo relevancia al ofrecer opciones de patinaje a gente de diferentes edades en la zona metropolitana.

Skatorama le dio a Eduardo Siqueiros su primera vitrina al hockey, conviviendo con experimentados jugadores mexicanos, que debido a visitas a Estados Unidos o Canadá habían podido traerse un pedacito de los deportes invernales a su país de origen. Los conocimientos adquiridos en esta época le darían herramientas para seguir jugando a varios niveles después de mudarse a los Estados Unidos

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Innovando para poder jugar

Eduardo Siqueiros tuvo la idea de comenzar hockey sobre ruedas en la calle donde vivía durante sus años de escuela secundaria a inicios de la década de los ochenta. El no contar con equipo adecuado a excepción de los patines, no fue ningún impedimento, utilizando palos de escoba cortados de la punta y pegados con cinta de aislar, además de una pelota de tenis cubierta con plastilina.

Ese mismo ingenio y las ganas para practicar hockey encaminarían a Eduardo hacia la pista. De las escobas cortadas en su cuadra, el siguiente paso fue jugar en casa de un amigo con palos de golf en un área de linóleo donde pudieran resbalarse para simular el efecto del hielo.

Así, con equipo de protección de motocross, guantes de esquiar, espinilleras de futbol y un casco de patineta, Siqueiros tomo prestados unos patines de hielo de su amigo y se encamino a en la pista de hielo de Skatorama, localizada en Ciudad Satélite, para su primera clínica de hockey en 1982.

“La transición al hielo me resulto muy natural y desde ahí puedo patinar mejor de atrás para adelante,” comento Siqueiros. “En la primera sesión no me caí ni una vez y eso me motivo.” La posibilidad de jugar hockey sobre hielo en México en esa época era muy limitada, comenzando décadas atrás cuando jóvenes entusiastas con noción del deporte pedían rentar las pistas donde se llevaban a cabo los espectáculos de Disney on Ice. En Skatorama ya jugaban varios veteranos de aquellos tiempos, de los cuales Eduardo pudo aprender consejos valiosos.

Eduardo jugo cuatro años en esa pista antes de mudarse a Estados Unidos, siendo parte del primer torneo nacional de hockey, el cual fue patrocinado por una importante marca de pantalones de mezclilla. Además, pudo disputar un año en una recién formada liga colegial, que incluía escuelas como el Instituto Ciudad de México, Cumbres, Medici y el Tecnológico de Monterrey.

“Me siento como Forest Gump porque he podido ser parte de cosas importantes en el hockey en México,” declaró Eduardo. “Me encantaría regresar y aportarle algo al hockey de mi país.”

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La mudanza a Estados Unidos

Eduardo pudo disfrutar una probadita del nivel de hockey disputado en los Estados Unidos en 1982, durante una visita a su hermana quien ya residía en el Sur de California. Fue ahí donde quiso probar suerte en hielo durante sus vacaciones, adquiriendo experiencia que sería invaluable para poder desarrollarse a un mejor nivel al regresar a México.

Pero cuatro años después llegó la decisión de emigrar de manera definitiva hacia la frontera norte y hacer del hockey el centro de su vida, aunado a sus trabajos de producción en estaciones de noticias locales. Su primer intento fue en la pista de Laurel Canyon en el área de North Hollywood, donde pudo conocer al encargado y suscribirse en la liga local.

“No tenía muchos amigos, pero lo que salvó mi vida fue el hockey, me convertí en un roedor alrededor de la pista” recordó Siqueiros. “Estaba en dos o tres equipos al mismo tiempo, donde hubiera hielo gratis.”

Su camino por diferentes ligas, lo llevo a disputar el torneo estatal de Hockey North America en San Francisco, representando a la pista Pickwick Ice de Burbank. Uno de los patrocinadores de la liga era nada más y nada menos que el legendario “Mr. Hockey” Gordie Howe, con quien Eduardo tiene una foto que considera de sus tesoros más preciados. 

Entre sus memorias más importantes, se encuentra también el haber jugado a nivel club durante sus años universitarios en Cal State Northridge, enfrentando a prestigiosas escuelas como USC, UCLA o Cal. De hecho, fue durante ese torneo en 1990, cuando pudo cumplir su sueño de jugar en el Forum de Inglewood, que en esos tiempos era la sede de su equipo favorito, los L.A. Kings.

Eduardo Siqueiros tiene ya más de 40 anos jugando hockey a diferentes niveles, y sigue acumulando trofeos en cualquier liga amateur a la que llega. Después de ser uno de los pocos Latinos en participar en el deporte cuando vivió a Estados Unidos en 1986, ha sido testigo de cómo el hockey continúa llegando a más comunidades en el Sur de California.

“Estoy notando el cambio por la diversidad en la gente que viene a ver los juegos y todos bien apasionados,” dijo Siqueiros. “En el 2010 empecé a ver que algo estaba pasando y el deporte se hizo más popular aun después de la primera copa de los Kings.”

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