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“Nunca te apartes ni de tus raíces, ni de tu cultura”.

Y es así como Emilio Bedoya, prospecto de 16 años, salta diariamente al hielo para defender los colores de la escuela Shattuck St. Mary’s, misma Alma Mater que una vez contó con los tres veces campeones de la Stanley Cup, Sidney Crosby y Jonathan Toews, así como otros más de 100 jugadores que han sido seleccionados en el Draft de la NHL durante distintas épocas.

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Pero la historia Bedoya nace desde una determinación mostrada con tan solo cuatro años, patinando en un lago congelado por el invierno de New Jersey, el cual se transformó en su primera pista de hielo y por ende, el espacio donde comenzó a darle forma a un sueño que si bien sorprendió a sus padres, los mismos, nunca han dejado de apoyar. 

Antes de convertirse en los progenitores de Emilio y su hermana menor Andrea, una jugadora de fútbol juvenil, David y Betty Bedoya llegaron a los Estados Unidos provenientes de Colombia, con la misión de establecer la mejor fundación posible para crear la familia que hoy en día, pueden disfrutar diariamente.

Photo 3 Bedoya Family

“Creo que Emilio se enamoró del hockey en ese laguito congelado porque jugaba con toda la libertad del mundo, era una actividad que desarrollaba junto a sus amigos en medio de un espacio exterior que se lo permitía. Verlo jugar allí era especial y para mí, es donde todo comenzó”. Expresó Betty con mucho orgullo, sobre los inicios de su hijo.

Tras ver el talento de Emilio, la familia dio el siguiente paso. “Desde que tenía cinco años y hasta los diez aproximadamente, jugué para los Red Bank Generals, un equipo en la división AA y luego como a los 11, pude dar el salto al nivel AAA con el New Jersey Avalanche”, recuerda Bedoya sobre sus inicios. 

Del lago a la excelencia 

El salto a la división más rápida y competitiva del hockey menor, no pareció afectar a Bedoya en ningún aspecto. Prueba de ello fueron sus 64 goles y 89 asistencias para 153 puntos en un total de 135 partidos disputados, lo que se transforma en un balance de 1.13 unidades por cada juego. El rendimiento le abrió las puertas a su actual realidad; Shattuck St. Mary’s, institución conocida en inglés como Hockey Center of Excellence (Centro de Hockey por Excelencia), debido a una gran capacidad para desarrollar prospectos internacionales, así como 36 campeonatos nacionales en los Estados Unidos a nivel juvenil. 

“Para ser honesto, me fijé en esa escuela porque he sido un admirador de Sidney Crosby desde que comencé a jugar al hockey. Entonces me di cuenta que a nivel de educación secundaria fue allí donde pudo desarrollarse. Luego, un día estaba patinando en la pista en New Jersey y me encontré con un ex alumno de esa academia, quien me recomendó la institución”.

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La decisión involucraba abandonar su hogar para irse de su New Jersey natal, hasta la sede de la escuela en Minnesota, pero la motivación de perseguir su sueño, junto a la convicción de conseguir metas importantes fuera del hielo, fueron razones más que suficientes. “Además de lo que podía conseguir en cuanto al hockey, también estaba enfocado en obtener la mejor educación posible, para poder encontrar un balance ideal que me permitiera desarrollarme”. 

El papá de Emilio, David Bedoya, recuerda con nostalgia ese primer año. “Wow, eso fue horrible, verlo salir de la casa”, expresó entre risas, el señor Bedoya. “Por supuesto que estoy orgulloso y muy contento de la oportunidad que recibió, pero sabes, en ese momento cuando se fue no te miento que me costó aceptarlo porque Emilio no sólo es mi hijo, sino también mi gran amigo”.  

Calidad con sello colombiano 

Inspirado por sus valores familiares, Emilio Bedoya causó un impacto inmediato en su primera campaña completa con los “Sabres”, gracias a una producción de 77 puntos en la temporada 2022-23, marcando 34 goles y repartiendo 43 asistencias, que le permitieron a ubicarse dentro de los cinco mejores jugadores ofensivos de su equipo y también, ayudó a la escuela a terminar el año como el mejor programa juvenil en los Estados Unidos. 

Quizás uno de los incentivos más grandes para el joven, es la inclusión. “En Shattuck tenemos algo que se conoce como los ‘Días Internacionales’, en los que celebramos nuestras raíces y yo aprovecho para traer comida colombiana porque me encanta impartir mi cultura con los muchachos, eso es algo que pienso llevar conmigo a donde quiera que vaya porque cuando eres una persona con raíces hispanas, tienes que llevarlo con orgullo y no como algo fuera de lo normal, es decir, soy un jugador más como cualquiera, pero con una formación cultural diferente”.

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Durante la temporada 2023-24, su segunda en Shattuck St. Mary’s, Bedoya marcó 25 goles y repartió 32 asistencias que le permitieron totalizar 57 unidades en 57 partidos disputados, logrando mantener su promedio de al menos un punto por juego. “En hockey, nada puede ser forzado, es un deporte que para poder hacer las cosas bien, tienes que disfrutarlo y así ha sido mi caso. Es un amor que crece todos los días, allí es donde encuentro mi mayor motivación, no hay una mejor forma de explicarlo”.

Paralelo a una entrega total sobre el hielo, está el balance de una vida familiar con mucho calor hispano. “Cuando tú tienes un hijo que juega hockey, sabes que tu vida y el calendario se basa en lo que ese deporte te permite. Sin embargo, para nosotros las tradiciones son muy importantes, como por ejemplo crear actividades juntos cuando Emilio está disponible, cenas los domingos y otras cosas que nos permitan mantenernos unidos pese a la distancia”, expresó Betty Bedoya.

Entre esas cosas, está la música, un aspecto que tanto el joven como su madre, Betty, recuerdan con jocosidad y nostalgia. “En su primer año, Emilio introdujo a sus compañeros a la famosa canción ‘Suavemente’ dentro del vestidor.” Expresó la señora Bedoya, antes de que Emilio, interviniera para explicar. “Mamá, yo puedo dar más detalles (risas). Pero es verdad, como parte de nuestro sistema de equipo, yo creé una lista de canciones en español para compartir y sí, allí estaban varios temas, incluyendo ése de Elvis Crespo”.

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Finalmente, tanto David como Betty Bedoya, describen el trayecto de su hijo como “un sueño hecho realidad”. Y no es para menos, pues además de los números, el joven ha sido seleccionado tanto en 2023 como en 2024, para el Campamento de Desarrollo Juvenil del Programa de Hockey de los Estados Unidos, debido a ser considerado como uno de los mejores prospectos a nivel nacional.

¿Cuál es la receta para el éxito? “Arepa frita con queso y huevo, ese es mi motor. Como arepas desde que tengo dos años gracias a mi abuela y todavía lo sigo haciendo”, afirmó un Emilio Bedoya que sabe que por encima de cada gol, asistencia, punto y logro deportivo, está la habilidad de abrir puertas a las futuras generaciones de jugadores hispanos que sueñan con seguir sus pasos y para ellos, tiene un consejo directo y poderoso. “No dejes que nada te detenga y usa todo lo que necesitas para motivarte todos los días a dar lo mejor”.