En general, Matthews es el cuarto jugador estadounidense en la historia de la NHL en alcanzar la marca de 40 goles en cinco campañas o más, superando a Pat LaFontaine (siete), Joe Mullen (siete) y John LeClair (cinco).
Y como por si fuera poco, Matthews iguala ahora en el cuarto puesto histórico entre los jugadores de 25 años o menos con más temporadas de al menos 40 goles -- superado por Wayne Gretzky (ocho), Dale Hawerchuk (siete) y Mario Lemieux (seis).
Pero Matthews, cuyos 299 goles desde su llegada a la NHL lideran a la liga en ese período, tiene claros sus objetivos, y no precisamente son los individuales.
"Jugar un buen partido y enfocarnos en los pequeños detalles", señaló Matthews. "Ese es el estilo que hemos querido imponer en las últimas semanas. Creo que todo recae en algo tan simple como eso".
Claro, Matthews ha tenido mucho éxito personal desde que pisó por primera vez un hielo de la NHL, sin embargo, llegar lejos en la postemporada con los Maple Leafs es algo que se le ha sido esquivo.
Toronto no sólo tiene una sequía de títulos que se remonta a 1967, cuando ganaron su última Stanley Cup hasta la fecha, sino que el club no ha podido avanzar de la primera ronda en los Playoffs de la Stanley Cup desde el 2004.
El lunes fue una dura prueba para Toronto, que lograron someter a un conjunto de los Panthers que había ganado sus últimos seis partidos y estaba hambriento por llegar a siete y asegurar su boleto a los playoffs.
Pero, en un ambiente de postemporada, los Maple Leafs (48-21-11, 107 puntos), que ya aseguraron el segundo lugar de la División del Atlántico -- con la segunda temporada con más puntos en la historia de la franquicia -- lograron sacar la mejor parte.
Luego del mencionado tanto de Matthews, Brandon Montour logró el empate para Florida a mediados del tercer período, una pizarra que se mantuvo intacta hasta que John Tavares definió los dos puntos con el gol del triunfo a los 4:38 minutos del tiempo suplementario.