Decir que Auston Matthews está atravesando quizás por el mejor momento de su carrera en la NHL es una atenuación y después de lo que hizo la noche del sábado en el partido ante los Anaheim Ducks, el estelar delantero de los Toronto Maple Leafs solo está agrandando su leyenda.
Jugar en un mercado como Toronto tiene muchas aristas y una de ellas es la de hacerlo ante una de las aficiones más apasionadas de la NHL, pero al mismo tiempo, quizás, la más atribulada, pues es el equipo con la sequía de títulos más grande en la liga, 57 años sin levantar la Stanley Cup.
Luego de que el público en la Scotiabank Arena coreara al unísono el grito de “¡MVP, MVP!” (la abreviatura de Jugador Más Valioso en inglés) tributando a Matthews después de sellar su segundo juego seguido de tres anotaciones, en la paliza a los Ducks por 9-2, queda probado el aprecio a un jugador fuera de serie en el que se tienen muchas esperanzas de reverdecer laureles.
“Jugar aquí es un gran honor. Es algo que ninguno de nosotros da por sentado”, comentó Matthews después de concretar su sexto hat trick de la temporada, con el que impone una marca de los Maple Leafs con más juegos de tres goles en un partido en una sola campaña.