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Owen Flores creció en Antioch, Illinois, cerca de la frontera con Wisconsin, pero no cerca de pistas de hockey abiertas todo el año. Sin embargo, le resultó fácil amar el deporte, aunque la logística era otra cuestión debido a que los programas juveniles más cercanos estaban en Palatine o Vernon Hills, a unos 30 minutos de casa, en un buen día.

Flores se mudó de Antioch a los 17 años para jugar con los London Knights, uno de los programas con más historia de Norteamérica. En la época de su debut en la Liga de Hockey de Ontario (OHL por sus siglas en inglés) durante la temporada 2021-2022, Flores comenzó una tradición que continúa hasta el día de hoy. Antes de cada partido, escribe el mismo mensaje en la cinta de su palo de portero: “Ten esperanza. Sé humilde”.

En estos días, el simple y poderoso mantra está dando resultados impresionantes, ahora como integrante de los Niagara IceDogs de la OHL, disfrutando de la mejor temporada de su carrera juvenil. En 10 partidos, tiene un récord de 8-2-0-0, un porcentaje de salvadas de .916 y un promedio de goles en contra de 2.83.

Un año después de terminar con el peor récord de la OHL, los IceDogs entrenados por Ben Boudreau (11-4-0-0) tienen la mayor cantidad de puntos en la Conferencia Este. “Tuve un verano enorme con entrenadores de porteros en casa”, dijo Flores. “Al llegar a este año con la mente abierta, hicimos algunos ajustes en el equipo. Es un gran ambiente con todos aquí”.

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Flores le da crédito al entrenador de porteros con sede en Illinois (y cazatalentos de los Toronto Maple Leafs) Tony Martino, como una influencia clave en su desarrollo. Pero Los primeros y más duraderos entrenadores de hockey de Owen son aún más cercanos a él: su padre, Art, y su tío, Eleazar.

Art también jugó en la portería, mientras que Eleazar era delantero. “Empecé como jugador, y luego, cuando comenzaron a elegir a los que querían ser porteros, yo era el primero en levantar la mano”, recuerda Flores. “Cuando era pequeño, mi padre me ponía almohadas en las piernas y las envolvía. Desde entonces, me enamoré de jugar en esa posición”.

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Art y Eleazar tenían abonos de temporada para los Chicago Blackhawks, lo que ayudó a Owen a desarrollar una conexión aún más profunda con el juego. Sus asientos estaban en una de las esquinas, con una gran vista de los guardametas y le encantaba mirar a Miikka Kiprusoff, Jonathan Quick y al portero de los Blackhawks Corey Crawford, quien alzó los campeonatos de la Stanley Cup en 2013 y 2015. “Siempre me fascinó la forma en que se movían los porteros”, expresó Flores.

Con 20 años, el jugador habla con profundo agradecimiento por los sacrificios que han hecho sus padres para mantener sus sueños en el hockey. Su madre, Margaret Flores, trabaja como contable en una empresa de construcción. Art, hijo de inmigrantes mexicanos, es un oficial retirado del Departamento de Policía de Antioch. Owen recuerda haber visto a su padre jugar en los partidos anuales de hockey entre los departamentos de policía y bomberos de esa localidad.

“Sin ellos, probablemente no estaría jugando en este equipo ni en la OHL”, dice Flores. “Las cosas que han hecho: las noches en las que mi padre ha trabajado hasta tarde, las mañanas en las que me ha llevado a practicar a diferentes campamentos de porteros. Lo mismo con mi tío. Lo mismo con mi madre. Llevarme a practicar, a diferentes lugares, viajar, todo eso, agradezco mucho lo que han hecho por mí”. La red de seguidores de Flores incluye a familiares que viven en México. Los parientes de Owen han visitado los EE. UU. y lo han visto jugar, y él espera viajar a México algún día.

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El sueño de jugar en la NHL sigue siendo realista para Flores, después de haber asistido a campamentos de desarrollo con los Detroit Red Wings (2022) y los Pittsburgh Penguins (2023), además del campamento de entrenamiento principal de los Nashville Predators en 2023. “Si realmente quieres llegar a algún lado, siempre que hagas lo que tienes que hacer, te esfuerces, todo es posible”, dice Flores.

También recuerda a un jugador de béisbol con el mismo apellido, Bernardo Flores Jr., que jugaba para su equipo favorito de la MLB, los Chicago White Sox. “Lo miré y pensé: ‘Eso es genial’”, dice Flores. “Pensé: ‘Realmente me gustaría poder ver una camiseta profesional con mi apellido algún día’”.

Flores ya entiende que el camino hacia el éxito en los deportes profesionales no es sencillo. Cuando era adolescente, se enfrentó a la primera decisión importante de su carrera: la Liga Canadiense de Hockey contra el hockey universitario. La familia Flores había estado considerando la Liga de Hockey de los Estados Unidos (USHL por sus siglas en inglés) como su camino hacia el hockey universitario, pero Owen se sintió atraído por la posibilidad de jugar para los dos veces campeones de la Memorial Cup en la OHL.

“Estaba mirando algunas escuelas, aquí y allá. Solo quería la ruta más rápida hacia el hockey profesional”, dice Flores. “El objetivo principal era jugar en la NHL algún día, o ser profesional, así que esa fue una de las grandes influencias. Analicé la cronología y el desarrollo y pensé que la OHL era el mejor camino para llegar a la NHL y la ruta más rápida”.

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Los intercambios son parte del panorama de la OHL y Flores, experimentó eso cuando fue traspasado a Niagara por dos selecciones del draft, antes de su segunda temporada en la liga. Flores experimentó cambios al llegar a Niagara, ya que el equipo tuvo tres entrenadores en poco más de un año calendario.

Esta temporada ha traído estabilidad, con Boudreau en el banco y el prospecto de los Winnipeg Jets, Kevin He, entre los máximos goleadores de la OHL. El destacado portero de Antioch, Illinois, ha respaldado la recuperación, gracias a su juego de pies mejorado en todas esas sesiones de verano con Martino. Flores está prosperando, guiado por la filosofía que le encanta repetir: “Todo se gana. Nada se da”.

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