Sin embargo, Tampa Bay demostró que puede ser un equipo en la temporada regular y otro en los Playoffs de la Stanley Cup, gracias a un grupo de veteranos que ha aprendido en los últimos años a cómo dejar lo mejor para el final.
Con eso en mente, el Lightning terminó la temporada regular con registro de 51-23-8; 110 puntos, para un porcentaje de unidades de .671, el más alto en comparación a las dos campañas previas, cuando terminaron con la Stanley Cup en sus manos.
Al final, el club evitó caer a puestos de Comodín, al terminar en el tercer lugar en la División del Atlántico, tres puntos por delante de los Bruins, quienes clasificaron en dicho puesto. Sin embargo, Tampa Bay estuvo la mayor parte del año entre los cuatro mejores equipos de la NHL, codeándose con los Panthers, Avalanche y Hurricanes.
Eso duró hasta mediados de marzo, cuando Tampa Bay comenzó a ceder terreno, llegando a perder seis veces en un período de ocho juegos (2-6-0) y 10 de 16 (6-8-2) entre el 8 de marzo y el 8 de abril, en lo que resultó ser el punto más bajo del equipo en años.
Claro, a partir de ahí dejaron marca de 8-3-0 para cerrar la temporada en alto y dejando la mesa servida para lo que serían otros playoffs para el recuerdo, que terminaría con su tercer viaje a la Stanley Cup consecutivo.
"Al final del día, sabemos lo que se requiere", mencionó el capitán Steven Stamkos. "Habrá altibajos. Nunca hemos dado ninguna excusa y no empezaremos ahora".