No ha sido la mejor de las temporadas para los New York Rangers hasta ahora. Los vigentes ganadores del Trofeo de los Presidentes, al mejor conjunto de la campaña regular pasada, están luchando apenas por mantenerse en puestos de clasificación — actualmente se ubican en el primer lugar del Comodín de la Conferencia Este.
Sin embargo, aunque los neoyorquinos no viven su mejor momento ahora, el triunfo obtenido con marcador de 3-2 el miércoles ante los Buffalo Sabres en el KeyBank Center ofrece un poco de esperanza de lo que pudiera venir a continuación para los Rangers, considerando que el club apeló a la que fuera su fortaleza en los últimos años para despachar a su rival: el Power Play.
En las últimas dos campañas combinadas, los Rangers se colocaron en el tercer lugar de la NHL con un porcentaje de efectividad de 25.3% cuando tenían un hombre más en el hielo. Ese número ha decaído en esta temporada a 22.7%, ubicándose en el puesto número 12 en la liga.
Pero el miércoles, uno de los personajes más importantes de ese éxito dio un paso hacia adelante, logrando además un hito personal importante.
Mika Zibanejad abrió el marcador en el primer período en situación de Power Play, para alcanzar los 300 goles en su carrera en la NHL. Este logro lo convierte en apenas el octavo jugador de nacionalidad sueca en llegar a esa cifra. Además, con ese tanto, también alcanzó su gol número 49 como el primer anotador de un partido vistiendo el uniforme de los Rangers, superando a Andy Bathgate en la historia de la franquicia.