Unos meses después de ver terminada su temporada a manos de los Boston Bruins, perdiendo en la primera ronda de los Playoffs de la Stanley Cup en siete juegos, los Toronto Maple Leafs lograron salir por la puerta grande en su primer duelo de la temporada 2024-25 frente a sus rivales de división. Toronto superó contundentemente a Boston 4-0 el martes en el Scotiabank Arena; un resultado que llena de esperanzas a los seguidores de los Maple Leafs, por las maneras en las que se sumaron los dos puntos.
No sólo fue el dominante resultado final, sino que además los dirigidos por Craig Berube lo hicieron sin uno de sus mejores exponentes en el hielo; el mexicoamericano Auston Matthews — quien se encuentra en situación de día a día por una lesión en la parte alta del cuerpo — exponiendo así una sólida profundidad en el roster del club. Y como por si fuera poco, el triunfo llega también gracias a la eficiencia de los equipos especiales de los locales, quienes habían estado lidiando con problemas considerables en este aspecto.
Aun después de lograr un perfecto de 6-6 en la neutralización de penalidades y anotar tres goles de Power Play (de 7-3), Toronto se ubica en el 26to puesto de la NHL con 14.9% de eficiencia con un hombre más en el hielo — en la neutralización de penalidades sí han brillado, exhibiendo el sexto mejor promedio (86%).
La noche se convirtió en un escaparate de todo lo que Toronto puede lograr cuando su maquinaria especial se activa. Morgan Rielly abrió el marcador con un gol en Power Play, seguido de anotaciones de William Nylander y Matthew Knies, quienes también contribuyeron con asistencias. Sin Matthews, las expectativas podían haberse enfocado en un juego más defensivo, pero los Maple Leafs no sólo estuvieron a la altura; elevaron su juego, mostrando una cohesión que solo se ve en los mejores equipos.