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Nueve días han pasado desde que los Florida Panthers tomaron ventaja de 3-0 en la Final de la Stanley Cup frente a los Edmonton Oilers. Fue entonces cuando los aficionados floridanos empezaron a pensar en cómo celebrarían la primera Stanley Cup en la historia del club. Sin embargo, mucho ha pasado desde entonces.

Edmonton dominó los siguientes tres compromisos con un marcador combinado de 18-5 para convertirse en apenas el tercer conjunto en la historia de la NHL en forzar un Juego 7 en la Final de la Stanley Cup después de verse abajo 3-0, y el primero en hacerlo en 79 años.

De hecho, solo dos conjuntos lo habían hecho antes: Los Detroit Red Wings remontaron una desventaja de 0-3 y terminaron perdiendo en el Juego 7 ante los Toronto Maple Leafs en 1945. Tres años antes, fueron los Maple Leafs quienes hicieron lo propio ante los Red Wings, aunque ellos sí ganaron el título — la única vez en la historia que un equipo se corona tras verse abajo de un déficit tal.

La previa: EDM-FLA Juego 7

Los Oilers buscarán ser los segundos en hacerlo. Actualmente, todo pinta a su favor, especialmente por la forma en la que han dominado a sus rivales, teniendo al mismo tiempo la espalda contra la pared.

Sin embargo, si hay un escenario en el que han brillado los Panthers en los últimos años, es este. Cuando son vistos como los menos favorecidos, es cuando sacan su mejor cara. Así fue durante los Playoffs de la Stanley Cup del año pasados — cuando llegaron hasta la final siendo el equipo con el peor sembrado de la postemporada. Y así ha sido en esta edición también, cuando enfrentaron a su némesis, el Tampa Bay Lightning, a los Boston Bruins y a los ganadores del Trofeo de los Presidentes, New York Rangers.

“No estoy preocupado por el pasado, en lo absoluto”, respondió el entrenador de Florida, Paul Maurice, el sábado, cuando se le preguntó sobre los últimos tres resultados de su equipo. “Tenemos nuestro plan establecido; nos reunimos esta mañana, vimos videos, y haremos lo mismo mañana para estar listos para jugar. Sé que [la serie está ahora] 3-3. La preocupación de los tres juegos anteriores ciertamente no afectó a Edmonton, y no nos afectará a nosotros ahora”.

Maurice sabe muy bien el reto que tiene por delante. Si bien sigue siendo el entrenador con más triunfos en la historia de la NHL que no ha ganado una Stanley Cup (938, incluyendo playoffs), el dirigente conoce lo que se necesita para ganar un decisivo Juego 7.

Maurice tiene récord de 4-0 en este tipo de partidos, y con un triunfo más, se uniría a Peter DeBoer (8-0) como los únicos entrenadores en ganar los cinco primeros Juegos 7 que enfrentan en sus carreras.

De hecho, históricamente, los equipos que disputan Juegos 7 en casa en la Final de la Stanley Cup, situación en la que estarán los Panthers el lunes en la Amerant Bank Arena, tienen récord de 12-5.

Maurice ha dicho desde el inicio que el club no le presta atención a los registros históricos. Ese fue el caso cuando estuvieron arriba 3-0 y así continúa siéndolo cuando luchan por evitar ser el segundo conjunto en la historia en desperdiciar una ventaja de ese estilo en la final.

“No hablamos de eso”, aseguró. “Nos sentamos a hablar del choque que tenemos por delante. Trabajaremos en el Juego 7. No vemos la hora”.

Más allá de controlar las emociones de sus jugadores, la clave para Maurice será incentivar a que el vestuario las acepte.

“Los 32 equipos abrazarían la idea de sentir las emociones de formar parte y tener la oportunidad de disputar un Juego 7 de la Final de la Stanley Cup”, dijo. “Es con lo que cada joven sueña. Nadie piensa en un gol en tiempo extra en un Juego 4. Siempre es un Juego 7”.

Edmonton volvió a sobrevivir en casa

Claramente, hay aspectos técnicos que corregir para Florida, si quieren dejar atrás lo ocurrido en los últimos tres partidos. Desde la presión, la defensa, la portería y el cuidado del disco, por ejemplo. Sin embargo, por lo pronto, Maurice está enfocado en el aspecto emocional y mental de sus jugadores. Antes de volver a la pizarra, quiere asegurarse de que el vestuario esté abierto al escenario de un Juego 7.

“Mira, las emociones cambian. El estado de ánimo cambia. Ambos equipos llegarán al hielo con cierto sentido de libertad”, expresó. “No hay nada de qué preocuparse. Todo es energía. Se trata de dejar todo lo que tienes en un período corto de tiempo. El contexto cambia. Ambos conjuntos tienen que exhibir su identidad lo más rápido que puedan”.

Y así, sin pensar en el contexto histórico de la situación, mientras los Oilers buscan reeditar lo hecho por los Maple Leafs en 1942, Florida también quiere seguirle los pasos a Toronto, pero en su edición de 1945.

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