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Bo Horvat vivió una noche especial. El delantero centro de los New York Islanders jugó sus primeras nueve temporadas en la liga con los Vancouver Canucks. Pero el 30 de enero fue traspasado.

En la jornada del miércoles, Horvat regresó a su antiguo hogar, el Rogers Arena, por primera vez desde su traspaso, para el choque entre los Islanders y Canucks. Tuvo un recibimiento cálido. Recibió una ovación de pie por parte de los aficionados y jugadores de ambas bancas tras un tributo en video a los 6 minutos y 11 segundos del primer periodo.

"Definitivamente se sintió bien, no voy a mentir", dijo Horvat. "Fue una noche emocional.

"Trayendo un montón de recuerdos y todo el tributo y cómo reaccionó todo el mundo, significó mucho para mí. Fue bastante especial, tuve muchos buenos momentos aquí, muchos primeros y muchos recuerdos, así que fue una noche especial. Lástima que no pudimos conseguir los dos puntos, pero es una que no olvidaré".

Horvat marcó un gol, pero al final él y los Islanders se llevaron una derrota de 4-3 en el tiempo extra ante los Canucks.

"Es difícil no sentir 'aquí vamos de nuevo' cuando las cosas van como van", indicó Horvat. "Lo frustrante es que, jugando 5 vs. 5, no estamos jugando mal al hockey".

Aunque los reflectores estuvieron sobre Horvat, fue la figura de Vancouver, Quinn Hughes, quien se robó la noche. El defensa tuvo una actuación de tres puntos al marcar un tanto y tener dos asistencias. Su tanto fue el del triunfo en la prórroga.

"Creemos en nosotros mismos. Creemos que tenemos un equipo realmente bueno y sentimos que íbamos a ganar ese juego", señaló Hughes. "Durante todo el partido estábamos teniendo muchas oportunidades y acorralándolos en su zona. Hay que darles respeto, presionaron en el tercer periodo después de que empatamos".

Hughes tomó un pase de J.T. Miller y venció al portero de los Islanders, Ilya Sorokin, por el lado del guante en un contraataque.

"Miller simplemente me vio e hizo un gran pase", dijo Hughes. "Queremos esos momentos. Elias Pettersson los quiere. Yo los quiero. Miller, Brock Boeser y Filip Hronek, estamos emocionados de estar ahí fuera".

Hughes (26 puntos; seis goles y 20 asistencias) se convirtió en el primer jugador de esta temporada en registrar cinco actuaciones con tres puntos y estableció un récord para la franquicia al alcanzar las 20 asistencias en la menor cantidad de partidos, logrando la marca en su decimosexto encuentro. El récord anterior era de 17, algo que Hughes logró la temporada pasada y Henrik Sedin estableció en 2010-11.

NYI@VAN: Hughes lo gana en el tiempo extra

Además, Miller y Hughes se unieron a Pettersson en lo más alto de la tabla de puntos de la NHL, mientras que Boeser anotó para igualar con Auston Matthews de los Toronto Maple Leafs y Kyle Connor de los Winnipeg Jets en el liderato de goles (todos con 13). El trío de Miller, Hughes y Pettersson ahora está en camino de lograr 133 puntos, lo que sería por mucho un récord de franquicia para la mayoría de puntos en una temporada y permitiría al capitán de los Canucks convertirse en el tercer defensa diferente en la historia de la NHL en registrar tantos puntos en una temporada.

"Pensé que después del primer período, ellos consiguieron esos dos goles en Power Play, estuvimos un poco descuidados en algunas partes de nuestro juego", contó el entrenador en jefe de los Canucks, Rick Tocchet, sobre el desempeño de su club. "Pensé que el ambiente después del primer período, estaba hablando con los entrenadores, fue realmente bueno. No fue arrogante, fue más bien 'Estamos dos abajo pero todavía queda mucho tiempo'”.

Tres de los goles de Vancouver llegaron por vía del Power Play (3 de 6). Han anotado 13 goles en 33 oportunidades jugando en ventaja numérica en sus últimos siete juegos, lo que representa un 39.4 por ciento de eficacia.

En la portería, Thatcher Demko realizó 30 atajadas para los Canucks (12-3-1) que tienen un récord de 10-1-1 en sus últimos 12 juegos.

Por el otro lado, Sorokin hizo 39 salvadas para los Islanders (5-6-4) que tienen una foja de 0-4-2 en una racha perdedora de seis partidos.

"Tuvimos descuidos en las asignaciones", dijo el entrenador en jefe de New York, Lane Lambert. "No hay más que decir. Es tres contra tres. Hombre a hombre. Si no cumples tu asignación, termina en tu portería".

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