Uno de los equipos más complejos de enfrentar en esta parte inicial de la temporada 2024-25 de la NHL ha sido el Minnesota Wild, acostumbrado a tener el control de las cosas, con mucha disciplina y ejecutando con alta eficiencia en los momentos álgidos de los partidos y de eso algo pudieron palpar los Chicago Blackhawks el domingo por la noche.
No obstante, Chicago halló inspiración en la resiliencia de su guardameta, Petr Mrazek, quien detuvo 32 de los 33 tiros del Wild para guiar a los Blackhawks a un apretado triunfo por 2-1 en el United Center en un encuentro que tuvo que resolverse en el tiempo extra y que de paso cortó una racha de dos reveses seguidos para los de casa.
“Mrazek estuvo verdaderamente enchufado y definitivamente fue el mejor jugador en la pista para ambos equipos esta noche, es un hecho”, dijo el entrenador en jefe de los Blackhawks, Luke Richardson. “Creo que jugamos un partido bastante sólido, pero él estuvo ahí durante todo el juego cuando lo necesitamos. En el tercer periodo ellos como que se animaron y nosotros dejamos de hacer jugadas y ellos también controlaron mucho el puck, pero Petr estuvo excelente y nos mantuvo en la pelea hasta el final”.
Los Blackhawks anotaron el primer gol del partido a los 16:44 del primer periodo en una jugada individual de Jason Dickinson, quien recuperó un puck en la zona de ataque y avanzó con él hasta la zona central para sacar un potente tiro que no pudo detener Filip Gustavsson.
Tanto el primero como el segundo periodo, fueron partes del juego en las que imperó la paridad, salvo por la mínima diferencia en el marcador, se podía ver que el juego estaba demasiado apretado y que podría definirse para cualquier lado.
Y como dijo Richardson, en el tercer periodo el Wild subió las revoluciones, al grado de hacer de los 20 minutos finales del partido un lapso de total asedio para Mrazek y los Blackhawks, con un dominio de 19-4 en lo que a tiros a gol se refiere en favor de Minnesota y que derivó, como era de esperarse, en algo beneficioso para los visitantes.