La División Central de la Conferencia Oeste no solo está mostrando signos de ser la más disputada de la NHL esta temporada, sino que también está construyendo un caso sólido para ser la mejor, considerando el nivel competitivo de sus integrantes.

Con cuatro equipos acumulando ya doble dígito en puntos, el panorama comienza a perfilarse como una carrera cerrada en la que el margen de error será mínimo. Dentro de ese grupo competitivo, los Dallas Stars han sido vistos desde el inicio como favoritos para pelear por el título de la división, y más. Sin embargo, la lucha estará más reñida que nunca, y eso significa que los dirigidos por Peter DeBoer tendrán que afinar cada aspecto de su juego.

El jueves, los Stars tomaron un paso en la dirección correcta al vencer a los Boston Bruins 5-2 en el TD Garden, impulsados por una mejora notable en el Power Play, una faceta que había sido inconsistente en las primeras jornadas de la campaña.

En sus primeros siete partidos, Dallas había convertido sólo dos de sus 21 intentos de Power Play, pero ante Boston lograron tres goles en superioridad numérica, una actuación que podría marcar el inicio de una recuperación ofensiva en esta área tan crucial.

El segundo periodo fue donde todo comenzó a alinearse para los Stars.

Después de un primer periodo en el que ambos equipos intercambiaron goles, Jason Robertson empezó la fiesta de Power Plays apenas 31 segundos después del inicio, celebrando su juego número 300 en la NHL. El atacante se unió así a los libros de récord de los Stars/North Stars, con 137 goles en sus primeros 300 encuentros, sólo superado por el legendario Dino Ciccarelli (158).

Robertson fue seguido de cerca por Logan Stankoven y Tyler Seguin, quienes también anotaron en Power Play en los primeros nueve minutos del segundo periodo, permitiendo a Dallas alcanzar una ventaja crucial. Estas tres anotaciones en superioridad numérica empataron un récord de la franquicia para el mayor número de goles de este estilo en un solo tramo desde que el equipo se mudó a Dallas en 1993-94.

Para Seguin, ver el Power Play finalmente funcionando fue un alivio después de la frustración de las primeras semanas:

“Es emocionante ver algunos goles en el Power Play”, comentó. “Hemos estado trabajando duro en eso, probablemente sosteniendo nuestros palos con demasiada fuerza… Ha sido un proceso, y es bueno ver los resultados”.

El entrenador DeBoer, quien consiguió su victoria número 618 en la NHL, destacó la cohesión del equipo en este juego, describiéndolo como su “mejor juego en equipo del año”.

La actuación de Dallas se basó en el poder colectivo, con Matt Duchene y Seguin cada uno sumando un gol y dos asistencias, y Mason Marchment aportando dos asistencias para reforzar la ofensiva de los visitantes. Además, Casey DeSmith se mantuvo sólido en la portería, salvando 25 disparos.

DAL@BOS: Duchene nivela la pizarra 1-1

“Queríamos volver al hockey de los Dallas Stars”, expresó sobre el enfoque del equipo en recuperar su estilo de juego. “Cada jugador estuvo involucrado esta noche. Incluso cuando empezamos perdiendo, nos sentimos bien en el juego 5 contra 5 y queríamos seguir en esa línea”.

Este desempeño en Power Play podría ser un indicio de que los Stars están encontrando la química que los llevó a un 24.2% de efectividad en esa área la temporada pasada, cuando quedaron sextos en la NHL. Sin embargo, la pérdida de Joe Pavelski, quien encabezó al equipo con 11 goles en Power Play el 2023-24, ha sido un desafío de suplir. Aunque la temporada es aún joven, el éxito de Dallas en este aspecto será esencial para mantenerse a la altura de sus rivales en la Central, como los invictos Jets de Winnipeg y los Minnesota Wild — el segundo no ha perdido en tiempo regular.

Con esta victoria, el porcentaje de éxito en el Power Play de Dallas subió al 19.2%, ubicándolos en el puesto 18 en la NHL. Esta mejora es solo un primer paso, pero una señal alentadora de lo que podría ser un repunte en el juego especial de los Stars.

“Había una confianza silenciosa en el grupo,” comentó DeBoer. “No tuvimos dudas esta noche. Creo que todos estaban comprometidos y envueltos, y fue un verdadero esfuerzo de equipo”.

Con un récord de 6-2-0, los Stars están en buena posición para competir en una Central que promete ser implacable hasta el final. La clave para Dallas estará en mantener la consistencia en el Power Play y en aprovechar el juego 5 contra 5, especialmente en un calendario donde enfrentarán a rivales divisionales que también buscan consolidarse. Con actuaciones como la de anoche, los Stars han enviado un mensaje de que pueden mantener el ritmo en una división ferozmente competitiva.

Buscarán continuar el buen momento midiéndose a los Chicago Blackhawks el sábado.

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