Es la primera vez que un equipo logra recuperarse de una desventaja de tres tantos en la historia de los juegos al aire libre — el partido del domingo representó el 41ro que organiza la NHL. Pero no es la primera vez que Nueva York viene de atrás en estos escenarios, con el club acreditándose tres de las siete remontadas totales en juegos al aire libre.
Tampoco el hecho de venir de atrás es algo nuevo para esta versión de los Rangers, con la escuadra neoyorquina logrando la segunda mayor cantidad de remontadas en lo que va de temporada con 17; una por detrás de los Stars y Devils.
Mientras que en el caso de Panarin, el estelar delantero de los Rangers se convirtió en el tercer jugador en la historia del club en anotar un gol en los primeros 10 segundos de un período adicional — Tony Amonte (0:08; 1994) y Kent-Erik Andersson (0:08; 1983).
Pero más allá de la experiencia de jugar al aire libre, e incluso de enfrentar a sus rivales Islanders, el triunfo de los Rangers fue de suma importancia para el club, que llega ahora a siete victorias consecutivas, para continuar marcando el paso de la División Metropolitana con récord de 36-16-3 (75 puntos), con seis unidades de ventaja sobre los Hurricanes, y colocándose a un punto de los Panthers, en la puja por el mejor registro de la Conferencia Este.
Y fue quizás esa seguidilla de triunfos la que sirvió como impulsó para que los Rangers concretaran la remontada. O al menos así lo piensa el héroe del compromiso.
“Por supuesto creo que tuvo un impacto”, señaló Panarin. “Porque nos sentíamos confiados antes del partido. No me gustaría decir que por eso ganamos. Probablemente todo se juntó. Gracias a todos por el apoyo, el ambiente fue una locura, yo también estaba cargando de [energía]”.